Tras los asesinatos de las últimas dos semanas en Toulouse y Montauban que conmocionaron al país, Francia ha optado por una política de "tolerancia cero" con el islamismo radical. Las autoridades de París prohibieron ayer la entrada en Francia de cuatro predicadores musulmanes que habían sido invitados por una organización islámica cercana a los Hermanos Musulmanes, al tiempo que "lamentaron" la visita del islamólogo suizo, de origen egipcio, Tariq Ramadan.

Esta medida se suma a las ya anunciadas por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, de convertir en delito la consulta de webs yihadistas y viajar a países como Pakistán o Afganistán "para seguir programas de adoctrinamiento sobre ideologías que conduzcan al terrorismo".

Los ministros del Interior y de Exteriores, Claude Guéant y Alain Juppé, anunciaron que habían prohibido la entrada en Francia al exgran muftí de Jerusalén Akrima Sabri, al telepredicador saudí Ayed bin Abdalá al Qarni, al imán salafista egipcio Safwat al Hijazi y al imán saudí Abdalá Basfar. Todos debían participar, del 6 al 9 de abril, en un congreso de la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF) en la periferia de París.

Otras dos personalidades, el predicador egipcio Mahmud al Masri, y el predicador catarí de origen egipcio Yousef al Qaradawi --declarado "indeseable" por Sarkozy-- han "renunciado" a acudir al congreso. "Lamentamos que la UOIF haya decidido invitar a Tariq Ramadas, cuyas posiciones y declaraciones son contrarias al espíritu republicano, lo que no hace ningún servicio a los musulmanes de Francia", subrayaron Guéant y Juppé.

TIRA Y AFLOJA Mohamed Merah, el francés de ascendencia argelina que asesinó a tres militares y a tres niños y un profesor de una escuela judía, y que murió abatido por las fuerzas especiales tras atrincherarse en su domicilio de Toulouse, fue enterrado ayer por la tarde en un cementerio cercano a la ciudad, tras un largo tira y afloja.

El Gobierno argelino se negó a que Merah fuera inhumado en Argelia, como pedía su familia. La alcaldía de Toulouse consideró "inoportuno" que el asesino fuera enterrado en la ciudad y pidió una aplazamiento de 24 horas hasta hoy viernes, pero finalmente la inhumación se llevó a cabo a última hora de la tarde de ayer. "Era francés. Que sea enterrado y nadie polemice sobre esto", afirmó Sarkozy con ánimo de zanjar la controversia.

Mientras, según los medios de comunicación franceses, nuevos elementos de la investigación refuerzan la tesis de un tercer cómplice de Merah, además de su hermano Abdelkader.