Los penúltimos peores augurios (siempre cabe un paso más hacia el desastre) se han cumplido. La incertidumbre política griega se agranda y la de los mercados no para de crecer. En las recientes elecciones, los griegos votaron a la contra de todo y de todos, ya fueran sus políticos locales tradicionales o las instituciones internacionales.

El resultado fue la máxima expresión de un voto de protesta, un voto en clave estrictamente negativa. Fue también algo