Los líderes de los países del G-8 han pedido una zona euro "fuerte y unida" que incluya a Grecia, y se han comprometido a "promover el crecimiento" sin obviar la adopción de medidas contra el déficit. Así se han pronunciado los dirigentes en la cumbre que se celebra en Camp David (EEUU) en la que se prevé que la crisis de la deuda europea monopolice buena parte del debate.

Muestra de sus diferencias en la estrategia, los políticos han destacado en el comunicado final de la cumbre que las acciones a realizar "no son las mismas para todos". En este sentido, el presidente de los EEUU, Barack Obama, ha afirmado que la búsqueda del crecimiento y la lucha contra el déficit deben hacerse en equilibrio.

La crisis de la deuda en la zona euro divide a los partidarios de un mayor estímulo y a los que se decantan por el rigor en las cuentas, todo ello en medio de serias preocupaciones en torno a Grecia, donde la crisis económica se agrava con el estancamiento político por el fracaso de la formación de un gobierno tras las elecciones generales del 6 de mayo.

Irán y Corea del Norte

La situación griega ha sido el primer tema que han abordado este sábado por la mañana los líderes de los ocho países más industrializados en Camp David, la residencia campestre de los presidentes de EEUU. Obama ha advertido contra los efectos nocivos que puede comportar en la economía estadounidense y del resto del mundo las dificultades por las que atraviesa Europa.

Los líderes de EEUU, Gran Bretaña, Canadá, Italia, Francia, Alemania, Japón y Rusia también han tratado cuestiones de seguridad, con especial incidencia en los programas nucleares de Irán y Corea del Norte, así como con las situaciones de Birmania y Siria.