Los líderes de las ocho mayores economías mundiales, agrupadas en el Grupo de los Ocho (G-8), han reafirmado en la clausura de la cumbre su "grave preocupación" por el programa nuclear de Irán y le han exhortado a que cumpla con las directrices internacionales en proliferación nuclear. En su defecto, han avisado que endurecerán las sanciones y, en vistas a dicha posibilidad, el G-8 ha pactado recurrir este verano a las reservas de petróleo en caso de que, consecuentemente, peligre el suministro.

El G-8 ha hecho un llamamiento a Irán a que aproveche "la oportunidad" que tuvo en la primera ronda de conversaciones celebrada el pasado mes en Estambul (Turquía). Este miércoles se celebra la segunda ronda entre el Grupo 5+1 --compuesto por Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania-- e Irán en Bagdad (Irak). En esta cita, el G-8 espera que detallen "pasos concretos que, en base a una perspectiva de paso a paso recíproca, conduzca hacia una certera solución negociada que restaure la confianza internacional en el programa nuclear iraní con fines exclusivamente pacíficos".

En el comunicado final, los líderes del G-8 coinciden en expresar su "grave preocupación" por el programa nuclear iraní, razón por la cual han instado a la Agencia Internacional de la Energía (AIE) a que esté preparada ante una hipotética intervención urgente.

"De cara a la posibilidad de más interrupciones en la venta de petróleo y del aumento previsto en la demanda durante los próximos meses, estamos controlando estrechamente la situación y estamos listos para pedir a la AIE que tome las acciones apropiadas para garantizar el suministro de forma completa y en tiempo", avisa el G-8, en un claro espaldarazo a las preocupaciones del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

El director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Yukiya Amano, viajará este domingo a Teherán para tratar acordar el despliegue de los inspectores que constaten las sospechas de que Irán pretende fabricar bombas atómicas.

En esta misma línea se ha pronunciado previamente Obama, que ha ratificado "el firme compromiso" del G-8 de continuar por la senda de "las sanciones y la presión, en combinación con los debates diplomáticos". "Nuestro deseo es que podamos resolver este asunto de una manera pacífica que respete la soberanía iraní y sus derechos en la comunidad internacional, pero que también reconozca sus responsabilidades", ha agregado.

En la sesión informal del viernes, el G8 abogó por acrecentar la presión sobre Irán, exigiéndole que desvele más datos sobre el objetivo de su programa nuclear, en vistas a la cumbre del miércoles. El Grupo 5+1 podría haber diseñado un paquete de incentivos para que Irán acepte suspender los procesos de enriquecimiento de uranio que le facilitaría la fabricación de armas nucleares.

Estos incentivos podría traducirse en una suavización de las restricciones en la adquisición de componentes para aviones o en ayuda técnica para la industria energética iraní, según informó el diario estadounidense 'The New York Times'.

La cuestión del petróleo

En caso de que la comunidad internacional acreciente las sanciones impuestas a Irán, el G-8 ha emplazado a la AIE a que "coordine la liberación de reservas estratégicas", en palabras de un consejero de la Casa Blanca, Michael Froman.

Esta era otra de las peticiones que había realizado Obama a los líderes de las otras siete mayores economías mundiales, a tenor de los efectos del embargo petrolífero aprobado por la Unión Europea (UE) y que entrará en vigor en julio. Precisamente a finales de junio, también se implantarán otras sanciones promulgadas por Estados Unidos contra el régimen iraní.

Froman ha alegado que, aunque los precios del petróleo han registrado una bajada en las últimas semanas, aún permanecen altos. "Estamos listos para actuar a través de la AIE y para garantizar que el suministro sea completo para cuando estas sanciones entren en vigor", ha afirmado Froman.

Por otra parte, el G-8 también ha hecho alusión a los principales productores de petróleo. En el comunicado, les ha alertado de que el incremento de las interrupciones en el suministro supone "un importante riesgo para el crecimiento económico global".

Arabia Saudí ha asegurado que puede mantener el suministro mundial sin necesidad de que se recurran a reservas estratégicas debido a que almacena 80.000 millones de barriles tanto en el extranjero como en el país. Al respecto, el G-8 ha alertado de los efectos de un "exceso de capacidad".

Si se producen avances en las negociaciones con Irán, Obama podría seguir jugando la carta de la diplomacia, en detrimento del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que apela por una intervención militar. Las tensiones entre Israel e Irán han remitido en las últimas semanas, si bien Netanyahu continúa mostrándose escéptico sobre los resultados de las conversaciones con Teherán. Hasta ahora, Estados Unidos, al igual que Reino Unido, tampoco ha descartado por completo un ataque militar.