El sur de Tel-Aviv, donde se concentran centenares de africanos demandantes de asilo o inmigrantes, fue escenario de graves ataques racistas la noche del miércoles. Unas mil personas salieron a la calle, en el barrio de Hatikva, para pedir la expulsión de los africanos.

"Esto no es África", gritaban los manifestantes, que insultaron a africanos, los golpearon, rompieron los cristales de sus coches y arrasaron un colmado. Una persona resultó herida en los actos violentos, mientras que 17 fueron arrestadas. En la protesta participaron miembros del Likud, el partido del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

"Los sudaneses son un cáncer en nuestro cuerpo", afirmó Miri Regev, diputado del Parlamento israelí por el Likud. Esta semana, el ministro de Interior israelí, Eli Yishai, había instado a expulsar a las personas que solicitan asilo.