El mayordomo del Papa Benedicto XVI, Paolo Gabriele, ha sido acusado formalmente de un delito de posesión ilegal de documentos confidenciales por la presunta filtración de información confidencial de la institución eclesiástica.

El asistente papal permanece encerrado en las "habitaciones de seguridad" --en el Vaticano no hay prisión-- mientras un tribunal del Estado, a instancias del fiscal, investiga si Gabriele actuó solo o, como apuntan algunas fuentes en la prensa italiana, forma parte de una trama en el marco de las luchas intestinas de poder en el seno de la curia.

De ser considerado culpable, el mayordomo, el único laico en el entorno de máxima confianza de Benedicto XVI, podría ser condenado a 30 años de prisión que cumpliría en una prisión italiana, en base a los acuerdos entre el Estado Vaticano e Italia.

La policía detuvo a Gabriele el pasado miércoles como colofón de una investigación en el seno del Vaticano que, dirigida por dos cardenales, pretendía localizar el canal de filtración de informaciones que están sacudiendo la institución.

'SU SANTIDAD' La detención se produjo solo unos días después de la publicación, el pasado sábado, de un libro que, bajo el título de Su Santidad --del periodista Gianluigi Nuzzi--, revela el contenido de documentos confidenciales de un amplio espectro de temas, desde la gestión fiscal de la Iglesia al estado de las finanzas del Banco Vaticano pasando por los escándalos sexuales en el seno de los Legionarios de Cristo.

Gabriele, de 46 años, casado y padre de tres hijos, vive con su familia en la Ciudad del Vaticano y tenía acceso a las dependencias más íntimas del Papa --le ayudaba a vestirse y le servía la comida y la cena, entre otras atenciones--. De momento, ya le han sido asignados dos abogados defensores.

El periódico italiano La Repubblica, entre otros rotativos del país, elucubraban ayer sobre la imposibilidad de que el asistente personal del Papa actuara en solitario en este caso. "Es un instrumento de un grupo no identificado de cardenales, arzobispos y monseñores que preparan un verdadero golpe de Estado en el Vaticano", publicaba ayer el rotativo italiano.