Inflexible, la cancillera alemana, Angela Merkel, no tardó ni un día en advertir a los griegos de que el plan de reformas impuesto por Europa no se relajará. Lo hizo a su llegada a Los Cabos (México), donde participa en la cumbre del G-20, mientras en Atenas el vencedor de las elecciones, el conservador de Nueva Democracia (ND), Antonis Samarás, iniciaba con urgencia los contactos para formar Gobierno. A la espera de hallar el máximo apoyo posible, el nuevo Ejecutivo está garantizado con los socialistas del Pasok. Su líder, Evangelos Venizelos, aseguró ayer que hoy mismo puede haber ya un "Gobierno de unidad nacional".

Ni un minuto de respiro para los griegos, que ayer ya se dieron de bruces con la opción que escogieron: seguir en el euro cumpliendo las reformas. Mientras el presidente de la República griega, Karolos Papoulis, llevaba a cabo el trámite formal de ordenar formar Gobierno al ganador --al ritmo de "el país no puede estar sin Ejecutivo ni un minuto más"--, la cancillera abundaba en la necesidad inmediata de un Gabinete para que vuelva de inmediato la troika --FMI, BCE y CE-- a ponerse a trabajar. "Lo importante es que el nuevo Gobierno persevere en los compromisos que se han adquirido porque no se puede relajar el ritmo de las reformas", dijo la cancillera.

DISCREPANCIAS INTERNAS Merkel atajaba así las especulaciones sobre una posible renegociación de los términos del memorando que recoge los ajustes que debe llevar a cabo Grecia para recibir el segundo paquete del rescate. La cancillera, que sí abrió la puerta a nuevos incentivos para potenciar el crecimiento, enmendó la plana a su ministro de Finanzas, Guido Westerwelle, que la noche del domingo habló de "cambios en el calendario", dando a entender que podrían relajarse los tiempos de cumplimiento de los requerimientos.

A diferencia de lo ocurrido en las elecciones del 6 de mayo --repetidas el domingo por la imposibilidad de pactar un Gobierno--, Grecia ya tiene garantizado un Ejecutivo. Pero Samarás, que tiene tres días, busca un "fuerte mandato popular" con las máximas adhesiones posibles, ade-más de los socialistas del Pasok.

"RESPONSABLE" El dirigente de ND habló en primer lugar con Alexis Tsipras, líder de Syriza, la segunda fuerza más votada. Su máximo contrincante, que abogaba por dejar en papel mojado el memorando de Europa y renegociarlo de arriba abajo, rechazó el ofrecimiento de integrarse en el Gabinete y aseguró que su papel es ahora el de una "oposición fuerte y responsable".

Venizelos, líder del partido socialdemócrata Pasok, fue el siguiente en hablar con Samarás como representante de la tercera fuerza más votada. Aseguró que hoy ya puede haber un Ejecutivo de coalición y se mostró "decepcionado" por la negativa del izquierdista Syriza a entrar en un Gabinete de "unidad nacional".

"Hemos acordado que el país necesita un Gobierno inmediatamente. Debemos dar una imagen seria tanto en el interior como en el exterior", argumentó el dirigente de la fuerza socialista, que atraviesa momentos muy bajos con la consecución de tan solo el 12,3% de los votos, que suponen 33 diputados, frente a los 129 de ND y los 71 de Syriza.