Julian Assange se halla a la espera de que el Gobierno de Ecuador responda a su petición de asilo político en aquel país. El fundador de Wikileaks ha pasado su primera noche en la Embajada ecuatoriana en Londres, donde pidió refugio inesperadamente en la tarde del martes. Ni siquiera los seguidores más cercanos de Assange contaban con este nuevo giro de los acontecimientos, que se produce cinco días después de que el australiano agotara todos los recursos jurídicos en Reino Unido para evitar ser extraditado a Suecia. Su entrega a aquel país se daba como inminente.

El Gobierno ecuatoriano, que preside Rafael Correa, ha anunciado que está estudiando la solicitud de Assange y el Ministerio de Exteriores británico se dice dispuesto a colaborar con Quito para resolver "cuanto antes" la actual situación, aunque dar con una solución puede llevar bastante tiempo.

Assange entrevistó recientemente a Correa en un programa para el canal de televisión ruso Russia Today. El líder ecuatoriano y algún miembro de su equipo ya habían sugerido en el pasado que su país podría estar dispuesto a acoger a Assange. El australiano teme ser enviado a Suecia, donde se le acusa de varios delitos sexuales, que él niega. Lo que él teme es que su entrega en el país escandinavo solo sea un paso para acabar extraditado a Estados Unidos. Si esto ocurriera y fuera juzgado allí, por la divulgación de documentos secretos de la diplomacia estadounidense, podría ser condenado a muerte o a cadena perpetua.

Violado el régimen de libertad condicional

La situación jurídica del hacker se complica ahora aún más. Assange ha violado el régimen de libertad condicional que le impuso la justicia británica y le obligaba a permanecer en una residencia fija por la noche, sometido a un estricto horario y a presentarse regularmente en comisaría.

Mientras permanezca en la embajada ecuatoriana goza de la inmunidad diplomática de la sede. La policía británica no puede detenerle, aunque sí podría hacerlo si abandona por ejemplo el recinto, camino del aeropuerto.

En un comunicado emitido por la embajada, se afirma que "la decisión de considerar la petición de asilo de Assange, no debe ser interpretada de ninguna manera como una interferencia del Gobierno de Ecuador en los procesos judiciales del Reino Unido y Suecia". Las autoridades suecas aclaran por su parte, que la actual situación debe ser resuelta entre las autoridades británicas y las ecuatorianas.