El expresidente egipcio Hosni Mubarak murió anoche, según informó la agencia France Presse citando a la agencia oficial egipcia Mena, tras ser trasladado a un hospital militar en El Cairo desde la prisión en la que cumplía condena. Mubarak había sido ingresado de urgencia por un coágulo cerebral.

Unas horas antes, varios miles de personas tomaron ayer la plaza de Tahrir de El Cairo para apoyar la hipotética victoria del candidato de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi, en las presidenciales del pasado fin de semana. Los grupos revolucionarios y la propia Hermandad convocaron una protesta en contra de la declaración constitucional de la Junta Militar que acabó convirtiéndose en un aviso contra quienes niegan la victoria de Mursi.

Familias enteras quisieron mostrar su apoyo a un candidato al que se atribuye la victoria por el 52% de los votos.

Mientras, el equipo de campaña del último primer ministro de Hosni Mubarak, Ahmed Shafiq, afirmó que "las cifras que de los Hermanos Musulmanes son inexactas" y que el candidato islamista "se ha reído de todo Egipto".

"Todo es incertidumbre. Solo cabe esperar a los resultados oficiales", dijo Eman Ragab, analista del Centro de Estudios Políticos Al Ahram, que lamentó que el debate en la calle se haya reducido a la simple cuestión de quién es el vencedor "y nadie se dé cuenta de que el presidente tendrá un poder muy limitado". "Nadie confía en nadie y en una transición debe haber confianza entre los actores para que las cosas funcionen", añadió antes de dudar que el país camine hacia la democracia.

SIN HOJA DE RUTA En esta línea se expresó el expresidente de EEUU Jimmy Carter: dijo que los militares pueden ser los que elijan la Asamblea Constituyente y lamentó "la falta de una hoja de ruta clara y el continuo rol gobernante de la Junta Militar".