La séptima cumbre del G-20, que empezó el lunes en Baja California con un respiro de alivio de los líderes mundiales por la victoria en las elecciones de Grecia de Nueva Democracia, finalizó ayer con el compromiso escrito de Europa de avanzar en un proyecto de unidad bancaria y fiscal que permita poner fin a los problemas con los que el Viejo Continente está contaminando la economía mundial.

"Mantenemos la intención de examinar medidas concretas para lograr una arquitectura financiera más integrada, que abarque la supervisión, la reestructuración y la recapitalización de los bancos, y que asegure los depósitos", afirma la declaración final de la cumbre mexicana del G-20, según el borrador del comunicado, que aún no era definitivo al cierre de esta edición. La declaración final también menciona los trabajos que va a a emprender la Unión Europea a favor de la estabilidad financiera, según adelantó un responsable de la delegación francesa.

EL SELLO DEL CRECIMIENTO Europa como foco de problemas ha sido el tema dominante de esta cumbre del G-20. "No venimos aquí para recibir lecciones sobre cómo manejar nuestra economía", se revolvió el lunes el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Pero lo cierto es que, de forma poco usual, el comunicado final de una reunión del G-20 ha acabado con la asunción de compromisos relativamente concretos por parte de la Unión Europea.

El ministro italiano Mario Monti defendió en el G-20 que el fondo de rescate europeo pueda comprar deuda soberana de los países en apuros y, según informó el diario Financial Times, la cancillera alemana Angela Merkel se mostró dispuesta a estudiar esta posibilidad. Fuentes del Gobierno alemán, sin embargo, desmintieron que este asunto hubiera sido tratado en la cumbre del G-20 de Los Cabos.

España ha sido la otra protagonista --a su pesar-- de la cumbre. Los problemas del sector financiero español aparecen reflejados en el comunicado final revestido de tono positivo. "Damos la bienvenida al plan de España para recapitalizar su sistema bancario", señala la nota.

La otra seña de identidad de esta reunión del G-20 fue el crecimiento. En su comunicado final, los dirigentes acordaron priorizar el crecimiento y la creación de empleo, perjudicados por los fuertes recortes presupuestarios, que han contribuido a una desaceleración creciente de la economía mundial.

El comunicado final incluye el compromiso de los países sin grandes problemas de deuda de actuar conjuntamente y alentar el crecimiento si la economía se debilita mucho más. Estados Unidos ha presionado tanto a Alemania como a China para que estimulen el gasto, y así ayuden a la economía mundial.

APOYO A GRECIA El comunicado final de la cumbre del G-20, o Declaración de Los Cabos, incluye también un apartado de apoyo a Grecia, la suma de los países emergentes a los europeos y un pequeño párrafo referente a la seguridad alimentaria. Junto a un mensaje de confianza al mundo, los líderes de las 20 economías más importantes del mundo aseguran que promoverán la austeridad y la disciplina para evitar otra recesión como la que está sacudiendo a Europa. Asimismo, aunque no todos los cabos han quedado atado en Los Cabos, incluso la pugna de España con Argentina por la expropiación de Repsol ha encontrado cabida en las menciones del comunicado final a favor de la seguridad jurídica en el comercio y las inversiones internacionales.