Con "intenciones muy positivas" llegó ayer a Valencia una delegación de europarlamentarios para ver cómo se han gastado los fondos de la UE invertidos en la autonomía en estos últimos años y averiguar si hubo controles suficientes. "No somos los hombres de negro", bromeó con los periodistas Derek Vaughan, el diputado de la Comisión de Control Presupuestario que encabezaba la delegación. El laborista galés destacó que, pese a que hay proyectos "muy válidos" --entre ellos citó la línea de AVE Madrid-Valencia--, se han hallado algunos "errores del pasado", que aunque no supongan "un fraude necesariamente" habrá que subsanar.

Estos errores se dieron en contratos asociados a los fondos de cohesión de la UE, según la eurodiputada socialista Inés Ayala. Así, se ha comprobado que desde 2011 están "interrumpidos" los fondos para el Instituto de la Mediana y Pequeña Industria Valenciana (Impiva) y las ayudas a la Agencia Valenciana de Turismo (AVT). En el caso del Impiva, según Ayala, ya se han hecho "las correcciones necesarias". En cuanto a la AVT, la Generalitat habría renunciado a los fondos asignados del 2000 y al 2006.

Los miembros de la comisión se reunieron con el president Alberto Fabra, quien admitió que "a lo mejor habría sido mejor haber hecho otras cosas" con los fondos recibidos. El eurodiputado Vaughan instó a invertir más en "empleo, infraestructuras, investigación y desarrollo", materias que "inciden directamente en las personas y el crecimiento de la economía".