Mariano Rajoy cumplió ayer seis meses como presidente del Gobierno en una situación que él mismo no se podía ni imaginar el 20 de noviembre, cuando las urnas le dieron la mayo-ría absoluta contundente que pidió a los electores: España ha tenido que solicitar ayuda para rescatar a la banca y su Gabinete está en boca de todos los mandatarios internacionales por la mala gestión de la reforma financiera. En estos 180 días, el jefe del Ejecutivo ha perdido la confianza de los socios y de los mercados, y se ha equivocado en sus alianzas y en la forma de relacionarse con las autoridades de Bruselas.

A las dos semanas de ganar las elecciones, viajó a Marsella para reunirse con el entonces presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la cancillera alemana, Angela Merkel. Ambos, con los que comparte familia política, iban a ser sus valedores en la escena internacional. Rajoy --no como José Luis Rodríguez Zapatero, explicaban los conservadores-- podía hablar de tú a tú con Merkozy. Pero su apuesta se ha demostrado errónea.

Sarkozy perdió la presidencia ante el socialista François Hollande y Merkel, que tiene elecciones en el 2013, hace oí-dos sordos a las reclamaciones del Gobierno. La cancillera no ha cedido a la presión para que el Banco Central Europeo inyecte liquidez ni es benevolente en la negociación de las condiciones del rescate bancario.

El Ejecutivo ha perdido la confianza de sus socios por varios motivos no achacables a la herencia dejada por el PSOE: retrasó la presentación de los Presupuestos, aseguró que incumpliría los compromisos de déficit por "soberanía", gestionó mal el hundimiento de Bankia y, una vez solicitado el rescate, ha sido objeto de mofa por su negación de la realidad.

Falta de coordinación

Estos fallos de comunicación y acción están empezando a suscitar críticas en el Gobierno y dos ministros admiten en privado que Rajoy se equivocó en la organización del poder eco-nómico. Quiso ponerse al frente y no nombró vicepresidente en dicha área. Aunque, a juicio de estos colaboradores, el error principal es que los tres pilares en los que se debe apoyar --el Ministerio de Hacienda (al frente del cual está Cristóbal Montoro), el de Economía (a cargo de Luis de Guindos) y la Oficina Económica (con Álvaro Nadal)-- no trabajan coordinadamente.

Según estas fuentes, las diferencias entre Montoro y Guindos han sido notorias, y se están repitiendo en la preparación del plan de ajuste presupuestario para el 2013-2014, en el que el Ejecutivo debe atender a las recomendaciones de la Comisión Europea, alguna de las cuales comparte el FMI: acelerar el retraso de la edad de jubilación, subir el IVA y suprimir la desgravación por la compra de vivienda, entre otras.

Rajoy volverá a ser hoy el centro de atención en la reunión (con Merkel y Hollande) que el primer ministro italiano, Mario Monti, ha organizado en Roma para preparar el Consejo Europeo de la próxima semana. Fuentes gubernamentales no aclararon si el presidente se sumará a la idea de Monti de que el fondo de rescate compre deuda tras imponer "condiciones" a los países. Lo que sí hará es reclamarles un calendario para la integración fiscal y bancaria, así como darles detalles del análisis de las consultoras a la banca, examen que Rajoy considera que es "creíble" y "manejable" por los márgenes que deja (entre 51.000 y 62.000 millones).

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