Las fuerzas del Gobierno sirio han cometido violaciones de Derechos Humanos a "escala alarmante" durante las operaciones militares que ha llevado a cabo a lo largo de los tres últimos meses en todo el país, según revela el nuevo informe del equipo de investigadores de la ONU.

El informe, presentado este miércoles por el jefe del equipo, el diplomático brasileño Paulo Pinheiro, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, acusa a las fuerzas del régimen del bombardeo de ciudades, de registros casa por casa y de ejecuciones de civiles y asegura que dispone de evidencias y de una lista con los nombres de presuntos perpertradores con vistas a posibles acciones judiciales.

El equipo reconoce que no está en condiciones de determinar con exactitud quiénes cometieron la matanza de más de cien personas perpetrada el pasado mes de mayo en la localidad de Hula, pero sí ha indicado que "fuerzas leales al Gobierno podrían ser las responsables de muchas de esas muertes".

El documento asegura también que ha recogido numerosas informaciones sobre torturas y ejecuciones de soldados y sobre el uso creciente de artefactos explosivos improvisados por parte de los grupos armados opuestos al régimen de Bashar al Assad.

Pinheiro, quien se reunió el pasado fin de semana por primera vez en Damasco con representantes del régimen de Al Assad a fin de posibilitar las investigaciones sobre el terreno, ha presentado personalmente el informe ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que se ha reunido con este propósito y para debatir sus conclusiones.

"Escala alarmante"

"La situación sobre el terreno se ha deteriorado peligrosa y rápidamente", se lee en el informe, de 20 páginas. "En un contexto de creciente militarización, se están registrando violaciones de Derechos Humanos en todo el país a escala alarmante durante las operaciones militares contra las localidades en las que se cree que se ocultan los desertores o que se perciben como partidarias de los grupos armados antigubernamentales, incluido el Ejército Libre Sirio", prosigue.

En este sentido, el documento acusa a las fuerzas del régimen de utilizar ametralladoras, artillería y carros de combate para bombardear las zonas conflictivas, incluida la ciudad de Homs.

Asimismo, los investigadores expresan también su gran preocupación por las informaciones según las cuales los rebeldes "han utilizado niños como portadores médicos, mensajeros y cocineros, exponiéndolos al riesgo de morir o de resultar heridos". Algunos de estos niños han estado yendo y viniendo a través de la frontera con Turquía, indica el documento.

"A la vista del flujo documentado de nuevas armas y municiones tanto para las fuerzas gubernamentales como para los grupos armados antigubernamentales, la situación corre el riesgo de agravarse en los próximos meses", advirtió Pinheiro.

Paulo Pinheiro, quien durante su visita a Damasco debatió con las autoridades sirias sobre la matanza de Hula, ha pedido ante los 47 miembros del Consejo que se ponga en marcha una comisión de Naciones Unidas con capacidad para operar dentro de Siria.

El equipo, que ha efectuado cerca de 400 entrevistas, ha asegurado que ha podido recopilar fotografías, vídeos, imágenes por satélite y pruebas documentales durante sus últimas misiones de investigación en la zona.

Anteriores informes

Los anteriores informes de la comisión investigadora (creada por el propio Consejo de Derechos Humanos el pasado mes de septiembre), basados en cientos de entrevistas con testigos, supervivientes y refugiados, determinaron que las fuerzas del régimen sirio habían cometido crímenes contra la Humanidad, incluidas las ejecuciones y las torturas, y que las fuerzas rebeldes también habían cometido atrocidades.

El pasado 1 de junio, el Consejo condenó, durante una sesión de emergencia, la matanza de 108 personas en la región de Hula e instó a los investigadores de la ONU a identificar a los perpetradores y a reunir evidencias con vistas a posibles persecuciones penales. El Gobierno ha acusado a los "terroristas" de la matanza de Hula.

El pasado mes de febrero, el equipo de la ONU anunció que disponía de una lista confidencial con los nombres de responsables políticos y militares del régimen sospechosos de homicidios, secuestros y torturas. También identificaba a rebeldes armados vinculados con abusos.

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU no dispone de poder para castigar a los Estados, pero sus informes sobre abusos y perpetradores pueden servir de base para posibles procesamientos por parte del Tribunal Penal Internacional (TPI).