Turquía empezó ayer a reforzar militarmente su frontera con Siria instalando lanzadores de misiles y baterías antiaéreas, seis días después de que las fuerzas sirias derribaran un avión turco alegando que violó el espacio aéreo sirio. Más de 30 vehículos militares con lanzamisiles y artillería antiaérea llegaron a la frontera procedentes de la provincia costera de Hatay.

El equipamiento militar se desplegó cerca de los municipios de Altinözü, Reyhanli y Yayladag, donde se hallan los mayores campos de refugiados sirios. También hubo movimientos de tropas en la provincia de Sanliurfa, en la frontera. Hatay acoge a unos 33.500 refugiados sirios y a desertores de las fuerzas sirias y sus familias, instalados en el campamento de Apaydin. La huida de civiles de Siria no se ha detenido desde que empezó la represión de la revuelta.