La cumbre europea dio ayer un paso clave para superar la actual crisis de desconfianza hacia la zona euro. La presión coordinada de Italia y Francia, con el respaldo silencioso de España, consiguió vencer la oposición de Alemania y de los otros países rigoristas a permitir un uso más flexible del fondo de rescate para recapitalizar directamente los bancos y para intervenir en apoyo de la deuda pública de los países acosados.

El Consejo Europeo, además, concluyó su reunión de dos días con el compromiso de avanzar rápidamente hacia una mayor integración económica y política de la eurozona.

Los acuerdos, alcanzados en el transcurso de una tormentosa reunión de los líderes de la zona euro hasta el alba, devolvieron un poco de serenidad a los mercados y el tipo de interés de la deuda española a diez años bajó hasta el 6,42%, muy por debajo del 7% de la víspera. La recuperación de la confianza de los inversores se reflejó también en un fuerte aumento de la cotización del euro frente al dólar a lo largo del día, que cerró la jornada cotizando a 1,2685 dólares.

Bajo la amenaza del veto italo-español al testimonial pacto europeo para el crecimiento, la cancillera alemana, Angela Merkel, aceptó flexibilizar el uso del fondo de rescate para que pueda actuar de forma más efectiva para restablecer la estabilidad de la eurozona. En primer lugar, los líderes abrieron la vía para que el fondo de rescate pueda financiar directamente a los bancos a partir del 2013, como reclamaba insistentemente España, con el apoyo de Francia e Italia, para que el rescate de la banca no lastre aún más la penalizada deuda pública española.

Angela Merkel también se vio obligada a suavizar la utilización del fondo de rescate para comprar deuda pública de los países solventes acosados por los mercados, sin necesidad de asumir un programa de rescate. El objetivo de la medida es mostrar a los inversores que se dispone de los medios para intervenir rápidamente y efectivamente en los mercados internacionales para corregir depreciaciones injustificadas de la deuda pública de los países de la eurozona. Tanto España, como Italia, anunciaron que no piensan utilizar ese mecanismo de apoyo a la deuda.

VICTORIA MONTI-HOLLANDE El compromiso representa una sustancial victoria política del presidente francés, François Hollande, del primer ministro italiano, Mario Monti, y del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. Pero para ello fue necesario que Monti, secundado por Rajoy, amenazara por la noche con no aprobar formalmente el pacto de crecimiento europeo ante la inflexibilidad inicial de Alemania, Holanda, Finlandia y Austria. Hollande explicó después que había sido informado previamente por Monti de la maniobra que se preparaba.

El presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy,