"Juro por Dios, que es grande, preservar con lealtad el sistema republicano, respetar la Constitución y la ley, tener en consideración los intereses del pueblo de manera total y preservar la independencia de la patria, su integridad y su territorio". El islamista Mohamed Mursi será investido hoy presidente de Egipto y pronunciará estas palabras ante el Tribunal Constitucional. Pero el primer presidente electo en comicios libres en la historia de Egipto compareció ayer en la plaza Tahrir de El Cairo para lanzar este mismo juramento.

Mursi recordó que la voluntad del pueblo está por encima de todo lo demás: "He llegado aquí porque vosotros sois la fuente del poder, porque nadie está por encima de vosotros, ninguna institución, ningún ente", afirmó ante una multitud entregada. Igual que han hecho miles de manifestantes en los últimos meses, Mursi recordó la revolución del 25 de Enero y prometió luchar por traer a Egipto "justicia social y dignidad".

DESAFÍO A LOS MILITARES El todavía presidente electo recordó que "la revolución continúa" y lanzó un desafío a los militares: "Que me escuche el Ejército, la policía, el Gobierno y los ministros, no hay poder sobre esta autoridad (en referencia al pueblo). Por ella, llegué yo aquí donde está el pueblo y no temo a nadie más a que a Dios".

Entre el público estaba el joven Tareq Aian, que dijo confiar en que Mursi no se convertirá en "otro Hosni Mubarak" y destacó que el nuevo presidente "es un egipcio como el resto". En un gesto que le diferencia de su predecesor, Mursi ordenó que su retrato no se cuelgue en las instituciones públicas alegando que "el símbolo es Egipto y no el presidente". Pero ayer, en Tahrir, los vendedores ambulantes distribuían frenéticos camisetas con la cara de Mursi y un mensaje: "Felicidades Egipto".