El enviado especial de las Naciones Unidas y la Liga Árabe a Siria, Kofi Annan, ultimaba ayer los preparativos de la reunión ministerial del Grupo de Acción para Siria que se celebrará hoy en Ginebra y que pretende poner fin al baño de sangre en el país árabe, mientras la oposición siria denunció una nueva masacre de civiles. Al menos 50 personas, entre ellas diversas mujeres y niños, fueron asesinados en Duma, un suburbio de Damasco, presuntamente a manos de grupos afines al régimen de Damasco.

Un grupo de activistas colgó en internet un vídeo donde aparecen varios cadáveres envueltos en sábanas blancas con diversas manchas de sangre. Las 50 víctimas están entre las más de 180 personas que, según el Ejército Sirio Libre (ESL), perdieron la vida el jueves.

El plan de Annan para Siria no consiguió detener la violencia. El presidente sirio, Bashar el Asad, culpa del fracaso de la propuesta de Annan a los rebeldes del ESL, a los que considera ñgrupos terroristasO.

Asad rechazó ayer una solución para el conflicto sirio que venga del exterior: "Este es un asunto interno en el que no cabe intervención extranjera", afirmó Asad.

Pero Annan no quiere darse por vencido y espera que de la cumbre de hoy salga una propuesta consensuada a nivel internacional para pacificar Siria. En la reunión estarán los ministros de Exteriores de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Rusia, China, Francia, EEUU y el Reino Unido), más los de Turquía, Catar, Kuwait e Irak en representación de la Liga Árabe, así como el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la alta representante de política exterior de la UE, Catherine Ashton.

Según fuentes de la ONU, la propuesta de Annan contempla la formación de un Gobierno de unidad integrado por figuras afines al régimen y opositores.