Alrededor de 80 borradores sobre la reforma del Estado del Vaticano y de la Santa Sede han llegado sobre la mesa de los ocho cardenales de todo el mundo que desde este lunes se reúnen con Francisco. Las reformas fueron solicitadas por los cardenales electores que el pasado febrero participaron en el conclave que eligió a Jorge Bergoglio, después de que Benedicto XVI presentase la dimisión frente a unas encarnizadas luchas por el poder.

"Ha sido un primer encuentro de otros que seguirán y, por lo tanto, no hay que esperar que de estos tres días salgan conclusiones, la publicación de documentos o decisiones sorprendentes de ningún tipo”, ha dicho el portavoz vaticano, Federico Lombardi .

Uno de los rumores más acreditados en estos días sobre el futuro de la cúpula católica es que el secretario de Estado podría ocuparse sólo las relaciones internacionales de la iglesia, mientras que la Curia o gobierno pasarían bajo la coordinación del gobernador del Estado Pontificio. Otro rumor es que entre los expedientes figura también uno dedicado al papel de la mujer en la Iglesia.

Primer paso

Los ocho cardenales, procedentes de los cinco continentes, ya llevaban días en Roma, reuniéndose informalmente con el Papa. Es solo un primer paso, que el Pontífice ha introducido y después han seguido y seguirán reuniones, comidas conjuntas y encuentros, sin un programa predeterminado. El grupo de los ocho ha sido definido por el Papa como “consejo de cardenales” y en el futuro se ampliará a otras personas. En Roma ya les llaman “el G-8 de la Iglesia”.

Lombardi ha expkicado que el consejo enriquece los “instrumentos que ya existían, como el Sínodo de obispos, las reuniones de los cardenales “ministros” de la Curia, las dos comisiones puestas en pié por papa Francesco para la reforma del banco (IOR) y la estructura del Vaticano, además de las visitas a Roma de las conferencias episcopales”.