La crisis política de Ucrania tiene ya repercusiones a nivel internacional. En las últimas horas, en las que no han cesado los violentos enfrentamientos entre los opositores al Gobierno de Viktor Yanukóvich y las fuerzas antidisturbios, EEUU, la Unión Europea y Rusia han terciado en el conflicto; los dos primeros para amenazar con sanciones y el Kremlin para denunciar precisamente la injerencia internacional. Las protestas en el país empezaron por la decisión de Yanukóvich de primar los acuerdos con Moscú por encima del proceso de adhesión a la UE.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, fue el primero que, el miércoles, tras conocerse la muerte de dos manifestantes en Kiev, afirmó que la UE evalúa "posibles medidas" sobre Ucrania. Poco después la portavoz del departamento de Estado de EEUU, Marie Harf, expresó la condena de Washington a los enfrentamientos y advirtió de que estudia imponer más sanciones ante el aumento de la violencia en Ucrania, tras anular los visados a varios ucranianos implicados en el uso de la fuerza.

"Injerencia inaceptable"

Ante estos posicionamientos, Rusia ha manifestado su "preocupación" por la injerencia de países extranjeros en los asuntos internos de ese país. "Nosotros, desde luego, lamentamos lo que es una evidente injerencia en los procesos internos que tienen lugar en Kiev. No podemos entender de ninguna manera que embajadores de estados extranjeros, que trabajan en Kiev, digan qué deben hacer las autoridades de Ucrania, de dónde debe sacar a las fuerzas policiales, las tropas, etcétera", ha denunciado Dmitri Peskov, portavoz del presidente ruso, Vladímir Putin. "Para nosotros esto es una historia totalmente inaceptable. Y por supuesto no podemos aprobarlo y provoca nuestra preocupación", ha añadido Peskov en una entrevista que publica el diario 'Komsomólskaya Pravda'. Así, ha anunciado que Moscú no intervendrá en el conflicto. "Pensamos que no tenemos derecho a intervenir en asuntos internos de Ucrania", ha subrayado.

Y mientras, la situación en la capital ucraniana se ha agravado y la violencia se ha recrudecido especialmente desde ayer, miércoles, con continuos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas antidisturbios. Según médicos de la oposición, en los disturbios han muerto ya cinco personas, aunque las autoridades solo han confirmado la muerte de dos manifestantes.

Cadena de fuego en el centro de Kiev

Durante esta madrugada, los opositores ucranianos han frenado el avance de los efectivos antidisturbios en el centro de Kiev con una imponente cadena de fuego que alimentan con madera, neumáticos y restos de autobuses calcinados. "No tenemos miedo a los Berkut (destacamento andisturbios). Esto es una revolución. Resistiremos hasta el final, pero no somos unos fascistas como dice el Gobierno. Queremos una vida normal, con trabajo e hijos, y no una dictadura", ha señalado Vladímir, un obrero de la construcción.

Vladímir, oriundo del este de Ucrania, es uno de los luchadores callejeros ataviados con escudos y palos que se encuentran en la línea de frente en la que se han convertido las inmediaciones del legendario estadio Valeri Lobanovski del Dinamo de Kiev. Los opositores, en su mayoría jóvenes, lanzan cócteles mólotov, adoquines y piedras con la ayuda de tirachinas y ondas a los agentes antidisturbios apostados al otro lado de las llamas y protegidos por la oscuridad de la noche.

Ni las informaciones sobre la muerte de cinco manifestantes en los disturbios ni las bajas temperaturas que rondan los 10 grados bajo cero han amedrentado a los opositores. Algunos piden desesperadamente la ayuda de Occidente, incluso militar, ya que temen que las autoridades recurran en breve a la fuerza para poner fin a las protestas tras declarar el estado de excepción.

La policía intentaba en vano apagar el fuego con la ayuda del continuo chorro de agua que despide una manguera de un camión de agua, pero los manifestantes no dejan de alimentar las llamas con toda clase de objetos inflamables.

Ultimátum al Gobierno

Tras reunirse con Yanukóvich, los dirigentes opositores celebraron anoche un mitin en la plaza de la Independencia ante más de 50.000 de sus partidarios. La oposición ucraniana ha creado un Parlamento Popular alternativo a la Rada Suprema (Legislativo) y ha dado 24 horas de plazo al Gobierno para atender sus demandas, entre las que figura la convocatoria de elecciones anticipadas.

Además, el líder del partido UDAR (Golpe), Vitali Klitschkó, ha animado a los trabajadores a organizar un parón de advertencia a partir del mediodía del jueves para obligar al Gobierno a hacer concesiones. "Si hay que pelear, pelearé, si hay que marchar bajo las balas, pues marcharé bajo las balas", ha proclamado.

Yanukóvich ha emplazado a los opositores a reunirse de nuevo este jueves cuando el primer ministro, Nikolái Azárov, cuya dimisión es demandada insistentemente por la oposición, regrese del Foro de Davos.