Kiev en tensión. Los manifestantes que durante la madrugada de este domingo expulsaron de un edificio oficial en Kiev a dos centenares de policías antidisturbios lo mantendrán ocupado para emplearlo como refugio contra el frío y comedor. Un centro de operaciones para la que puede considerarse una verdadera revolución ciudadana. Según dijo a los medios locales Alexei Yakushevski, el "comandante" de la Casa Ucraniana, el centro de exposiciones y museo que ahora está en manos de los manifestantes, los ocupantes están adecentando el lugar después del violento asedio de la noche.

"Pienso que vamos a montar un centro de prensa para periodistas, y también será un lugar para que entren a calentarse los manifestantes y a comer, pues hay muchas personas que no caben en la Casa de los Sindicatos (otro de los edificios ocupados en Kiev por la oposición)", señaló.

Yakushevski subrayó que el acceso a los pisos cuarto y quinto del edificio, donde se encuentran los archivos del Museo de Historia de Kiev, seguirán cerrados para preservar los documentos. En ese sentido, el conservador del museo aseguró que se ha firmado un documento con el "comandante" del edificio para mantener cerrada esa parte.

Los activistas que entraron en la Casa Ucraniana están limpiando las instalaciones de la basura y los cristales rotos acumulados durante los incidentes de la madrugada. La muchedumbre de activistas que asedió esta madrugada la Casa Ucraniana, donde se refugiaban unos 200 policías, abrieron un corredor humano para permitir la salida de los agentes, tras varias horas de tensión.

Ello, después de que el carismático líder del partido UDAR (Golpe), el boxeador Vitali Klitschkó, se presentara en el lugar y explicase a los manifestantes que los policías refugiados eran jóvenes reclutas obligados a obedecer órdenes y no miembros de los temidos "Berkut" (destacamentos especiales antidisturbios), por lo que debían permitirles salir. Después de la intervención de Klitschkó, los agentes fueron saliendo durante unas cuatro horas.

Los opositores habían roto los ventanales del edificio y lanzado cócteles molotov y petardos hacia su interior, lo que provocó varios incendios, que fueron sofocados con extintores por los efectivos antidisturbios. Los asaltantes rodearon el edificio, mientras a través de los ventanales rotos se podía ver a los policías acorralados en formación de tortuga para protegerse con sus escudos de las pedradas.

Algunos jóvenes intentaron lanzar cócteles molotov contra los policías, que por sus rostros parecían amedrentados ante la agresividad de la multitud, pero los más veteranos se lo impidieron. El asedio a este edificio supuso el fin de la tregua acordada esta semana con las fuerzas del orden en espera del resultado de las negociaciones de los dirigentes opositores que exigen la renuncia del Gobierno y elecciones anticipadas.

Los líderes de la oposición rechazaron la oferta de Gobierno que les hizo el presidente, Víktor Yanukóvich, a última hora del sábado.