Kiev tomada, Ucrania amenazada. Los manifestantes ucranianos pusieron este lunes de nuevo de manifiesto la debilidad del presidente, Víktor Yanukóvich. Asaltaron el domingo por la noche el Ministerio de Justicia, ignoraron las amenazas oficiales y solo lo desalojaron tras la intervención de la oposición.

"Nuestro objetivo es bloquear las instituciones estatales para demostrar a todo el mundo que el actual Gobierno ha perdido el control. Asaltaremos todos los edificios oficiales hasta que le llegue el turno a la residencia de Yanukóvich", señaló hoy a Efe un activista de Causa Común, protagonistas del asalto.

El incidente es más sangrante, ya que ocurre en víspera de la crucial sesión de la Rada Suprema (Legislativo), en la que se decide el futuro de Ucrania y la continuidad de las protestas, que se han extendido como un reguero de pólvora por todo el país. Mientras, en el edificio ministerial, al que pudo acceder la prensa, se veían columnas bien organizadas de opositores armados con palos, más parecidos a milicianos que a manifestantes pacíficos, que subían y bajaban a la carrera la escalinata del ministerio, edificio situado a medio kilómetro del "Euromaidán", la plaza que es el centro de las protestas.

Los manifestantes hicieron oídos sordos durante horas a las amenazas de la ministra de Justicia, Yelena Lukash, quien advirtió por la mañana de que si no desalojaban de inmediato el inmueble pediría a las autoridades que declararan el estado de excepción.

Activistas de Causa Común convocaron una rueda de prensa en el también capturado edificio del Ministerio de Política Agraria, donde apareció un activista con pasamontañas para explicar que su grupo quiere "devolver el poder al pueblo". Los manifestantes controlan ya varios edificios gubernamentales, como el Ayuntamiento y la Casa de los Sindicatos, que tomaron en noviembre, y la Casa Ucraniana, antiguo Museo Lenin.

Tuvieron que hacer acto de presencia representantes del partido nacionalista Svoboda (Libertad) para garantizar, una vez caída la noche, la devolución del edificio a las autoridades, aunque los manifestantes lo celebraron como si fuera una victoria.

Previamente, el diputado del principal partido opositor, Batkivschina (Patria) y uno de los líderes del Cuartel de Resistencia Nacional, Stepán Kubiv, tachó la toma del edificio de "provocación", al considerar que es un obstáculo al diálogo.

"Esto se parece cada vez más a una revolución. La mayoría del pueblo ucraniano ya no tiene paciencia para esperar un traspaso legítimo de poder", aseguró a EFE Gueorgui Chizhov, jefe del Centro de Tecnologías Políticas de Ucrania.