La isla de Manhattan está blindada para garantizar la seguridad de más de un centenar de mandatarios de todo el mundo que acuden esta semana a los debates de la Asamblea General de la ONU y otros foros paralelos.

La sede de la ONU esta cercada por vallas metálicas que impiden el acceso a los peatones y a quien no vaya provisto de la correspondiente acreditación. Decenas de calles cortadas, grandes atascos y miles de policías vigilando cada rincón es el paisaje generalizado que viven cada septiembre los resignados neoyorquinos y los miles de turistas.

También son visibles los helicópteros haciendo círculos en el cielo de Manhattan. Las avenidas más cercanas a la sede de Naciones Unidas, las que se encuentran más cerca del río East, son imposibles de cruzar si no se justifica que se vive o trabaja en la zona.

Centenares de periodistas se han acreditado para la cobertura informativa de esos eventos y muchos se quejaban de haber tenido que hacer este lunes horas de cola para tener acceso a su credencial.

Manifestaciones de todos los colores

La Policía de Nueva York espera manifestaciones de diferentes signo, en coincidencia con los debates en la ONU.

El pasado domingo, varios cientos de surcoreanos vestidos de negro pedían justicia y asunción de responsabilidades al gobierno de Seúl por el hundimiento del transbordador Sewol, en el que murieron decenas de jóvenes.

Los informativos de televisión alertan a la población del caos circulatorio que vivirá el centro de la ciudad esta semana y aconsejan a la población utilizar el transporte público.