“Nos habéis visto en Siria, ahora estamos aquí, en el sur de Roma”, afirman los integristas islámicos del EI en un video difundido la pasada noche desde Libia, con imágenes de un Mediterráneo que se tiñe de sangre y milicianos que desfilan en las playas. El portal estadounidense Site, que controla la veracidad de dichos videos, ha certificado que es auténtico.

En las últimas horas, con la conquista de Sirte y la marcha sobre Tripoli de parte del EI, la situación en el país ha degenerado a tal punto que Roma ha decidido cerrar su embajada, la última europea que había quedado en Libia, y embarcar a una parte (150) de los italianos que aún se encontraban en el país en un trasbordador maltés, escoltado desde lo alto por un caza de la aeronautica italiana, todo ello en el espacio naval y aéreo líbio. “Una decisión necesaria a causa del deterioro de la situación”, ha explicado Filippo Gentiloni, ministro de Exteriores de Roma. Tras una escala en Malta, la nave llegará hoy al puerto italiano de Augusta.

Gestiones de Bernardino León

Gentiloni, que tres días atrás una de las emisoras islamistas de Mosul (Irak) había definido como “un cruzado”, ha informado que su embajador, Giuseppe Buccino, “seguirá participando” en las complejas y aparentemente imposibles negociaciones entre las distintas tribus del país -ajenas al EI—que está intentando el enviado de la ONU, el español Bernardino León. Este jueves Gentiloni informará al Parlamento sobre la situación líbia, para poner en marcha un debate entre los partidos sobre una intervención de la ONU en el país y la participación italiana, operación que parece más adelantada de cuanto muestran las apariencias. “Intervención de la ONU” es el titulo más repetido por los diarios y telediarios italianos de este lunes. En la base de Sigonella (Sicilia) estacionan 170 marines estadounidenses en función de "fuerza de intervención rápida" en África.

La ministro de Defensa, Roberta Pinotti, ha declarado que Italia está lista para liderar una coalición de “países europeos y norteafricanos”, a pesar de que, según se ha sabido en Roma, los Estados de la región del Magreb preferirían que se tratase de una “misión regional”. Silvio Berlusconi ha confirmado que apoyará la eventual misión, definiendo como una “decisión equivocada” la intervención de la OTAN de 2011 contra Muamar Gadafi. “No veo otra solución que una misión de la ONU para restablecer la seguridad en Libia”, ha declarado Joseph Muscat, primer ministro de Malta.

Según Pinotti, Roma ha ofrecido 5.000 soldados y el primer ministro, Matteo Renzi, apoya una intervención bajo el paraguas de la ONU, lo que, según fuentes oficiosas, Roma ya estaría trabajando en la sede de la ONU en Nueva York.

Por primera vez desde que existe un flujo migratorio desde Libia hasta Italia, este domingo se produjo un hecho definido “inquietante” por algunos ministros de Roma. Mientras algunas lanchas de la Armada estaban embarcando a varios centenares de prófugos, a 55 millas de Libia, llegó hasta ellos otra lancha con hombres armados que exigieron prisa para la restitución del fuerabordo. Entre ayer, la pasada noche y hoy están por llegar a Italia once barcas, es decir más de 1.000 personas, como si los traficantes de personas o los mismos líbios hubiesen decidido que hay que escapar corriendo.

El video emitido ayer desde Libia lleva el título de “Mensaje firmado con la sangre de la Nación de la Cruz” y está reivindicado por el Estado Islámico de la prvincia de Trípoli. En las imágenes se aprecian los 21 egipcios de religión copta (cristiana), vestidos de color naranja, que caminan escoltados por la playa, hasta que les obligan a arrodillarse y los asesinan. “Habéis tirado el cadáver de Osama bin Laden al mar, mezclaremos su sangre con el vuestro”. Según el portal Site, el autor de los degollamientos no sería el mismo de las otras ejecuciones, conocido como John el yihadista, a pesar de que mima sus mismos gestos con la cuchilla.

El exprimer ministro Romano Prodi, que ha estado varios años en África como enviado de la ONU para estudiar algunos países, se mostró ayer bastante pesimista sobre la situación en Libia, calificándola como una consecuencia de “un error nuestro, de las potencias occidentales. “La guerra en Libia de 2011 fue querida por los franceses e ignoro por que razones, ciertamente además del deseo de restablecer los derechos humanos, había otros, digamos, de tipo económico”, ha dicho el político. En su opinión, “es necesario que todos los interlocutores se confronten y comprometan en un trabajo común con Egipto y Argelia”, ya que “no existe otra vía para impedir una situación todavía más catastrófica de la actual”.