La aritmética parlamentaria no ofrecía mucho margen para la sorpresa y, como era previsible, la polémica ley de reforma económica del ministro Emmanuel Macron ha logrado vía libre en la Asamblea Nacional francesa al fracasar, este jueves, la moción de censura contra el Gobierno presentada por la derecha.

La moción reclamaba someter a juicio la acción del Ejecutivo después de que el primer ministro, Manuel Valls, consciente de que la oposición de unos 40 diputados socialistas hacía peligrar la 'ley Macron', optara el pasado martes por un mecanismo excepcional para evitar someter el texto al voto de los parlamentarios.

Este jueves, tras dos horas de debate que evidenciaron un tenso clima político a un mes de las elecciones regionales y a cuatro del Congreso del Partido Socialista, la moción ha sido derrotada en un hemiciclo medio vacío del que estaban ausentes los socialistas rebeldes.

Votaron a favor los diputados de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Nicolas Sarkozy, promotores de la iniciativa, los centristas de la Unión de Demócratas e Independientes (UDI), parte de los comunistas y los representantes del Frente Nacional. En total recogió 234 votos. La Asamblea Nacional cuenta con 577 diputados y eran necesarias 289 papeletas a favor para que la moción prosperase.

En la tribuna, el primer ministro, Manuel Valls, ha defendido con energía y en medio de los abucheos de la oposición, la vía adoptada para aprobar la 'ley Macron', argumentando que su responsabilidad es “hacer avanzar” el país y “reformarlo” con la autoridad necesaria. “Los franceses esperan de nosotros que actuemos y levantemos los bloqueos para mejorar la economía”, ha afirmado.

ALIANZA INMOVILISTA

Valls ha reprochado asimismo a la oposición haber creado una “alianza inmovilista”, sin presentar alternativas y estar instalada en la obstrucción. "Es el momento de desestabilizar un Gobierno?", se ha preguntado.

"Mi convicción es que hay dos respuestas posibles: una autoritaria, la de la extrema derecha, que no hace más que avanzar, y la republicana, que es la que lleva a cabo mi Gobierno", ha enfatizado. "Continuaremos reformando con todos los medios que nos da la Constitución", ha concluido Valls.

Por su parte, el presidente del grupo parlamentario de la UMP, Christian Jacob, ha reclamado la disolución de la Asamblea, al considerar que el recurso al artículo 49.3 de la Constitución, que permite sacar adelante un texto legislativo cuando el Ejecutivo no tiene mayoría suficiente en la Cámara, es una muestra de la "debilidad" del Gobierno.

ADVERTENCIA A LOS CRÍTICOS

La sesión ha venido precedida de un agitado cruce de declaraciones entre socialistas. Quienes defienden la línea reformista del Ejecutivo acusan a los indisciplinados de sabotear sistemáticamente los trabajos de la Asamblea o de tomar como rehén a la mayoría parlamentaria que apoya al Gobierno.

Los rebeldes se defienden diciendo que no pretenden sustituir al primer ministro -que en todo caso es una competencia del presidente de la República—sino provocar un cambio en la línea política de Manuel Valls, al que ven excesivamente escorado hacia la derecha.

No obstante, para evitar tentaciones, el portavoz del Gobierno y hombre próximo a Hollande, Stéphane Le Foll, dejó ayer claro que quien votara a favor de la censura “no tenía sitio en el Partido Socialista”. La 'ley Macron' seguirá ahora su curso parlamentario en el Senado, donde será debatida a partir de abril.