Djokar Tsarnaev, el joven inmigrante estadounidense de 21 años y origen checheno condenado por el atentado en el maratón de Boston el 15 de abril del 2013, que dejó tres víctimas mortales, 14 amputados y más de 200 heridos más, ha sido este viernes sentenciado a muerte por un jurado de la ciudad de Massachussetts. Las siete mujeres y cinco hombres que el mes pasado lo declararon culpable de los 30 cargos que enfrentaba -17 de los cuales podían ser condenados con la pena máxima- deliberaron durante 14 horas y media antes de alcanzar su decisión.

La sentencia a muerte representa el fracaso de la línea argumental de los abogados defensores del joven, que nunca negaron su culpabilidad pero buscaban la condena a cadena perpetua alegando que se dejó influenciar y llevar por su hermano mayor, Tamerlan, que murió un par de días después del atentado en la persecución policial.

La Fiscalía, que ha impuesto su petición de la pena máxima, ha descrito a Djokar en cambio como un terrorista que se radicalizó a sí mismo y pretendía hacer una declaración política con el atentado. En los argumentos finales recordaron parte del manifiesto que dejó escrito en el barco donde se escondió y acabó siendo apresado. «No me gusta matar a la gente, pero en este caso está permitido», escribió.

Según la Fiscalía, Tsarnaev no ha dado muestras de arrepentimiento. Ayer, en la sala del tribunal de Boston, según los testigos presenciales, no dio muestras de ninguna emoción cuando se leyó su sentencia.