Desde que el general Abdelfatah al Sisi tomó el poder en Egipto el año 2003 con un golpe de Estado se han disparado los abusos sexuales de las autoridades en el país. Así lo denuncia el último informe de la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH), que se basa en entrevistas con víctimas, abogados y miembros de oenegés.

Entre las principales víctimas de esta violencia sexual se encuentran estudiantes, mujeres, activistas por los derechos humanos y los colectivos homosexuales de Egipto.

MÉTODOS BÁRBAROS

Según se detalla, tanto la policía, como el ejército y los servicios de inteligencia recurren habitualmente a prácticas como la violación masiva, las pruebas de virginidad o la eloctrucutación de los genitales de los detenidos para tratar de silenciar a la oposición al régimen.

“La escalada de la violencia sexual que se da en las detenciones y en las protestas y la impunidad de la que gozan sus perpetradores apunta a una cínica estrategia política dirigida a ahogar la sociedad y acallar a los críticos”, lamenta Karim Lahidji, presidente de la FIDH.

El informe también apunta a que no se persigue ese comportamiento. El ministro del interior egipcio ha dicho que no comentará nada al respeto hasta que no haya estudiado el documento.