La lupa que el fisco de Estados Unidos está poniendo sobre grandes corporaciones que usan o abusan de sus operaciones en el extranjero para eludir pagar impuestos se ha vuelto hacia Coca-Cola. El gigante de Atlanta informó el viernes de que el IRS le acusa de no haber reportado ajustadamente sus ingresos entre el 2007 y el 2009 y le exige 3.300 millones de dólares (unos 2.900 millones de euros) por tasas atrasadas e intereses.

La empresa afirma que la reclamación «no tiene base», recuerda que «durante cerca de 30 años ha seguido la misma metodología para determinar los ingresos imponibles» por algunas operaciones en el extranjero y anuncia que usará «todos los remedios administrativos y judiciales necesarios para resolver el tema».

El IRS ha planteado cientos de casos similares, sobre todo contra farmacéuticas y tecnológicas, incluyendo Amazon y Microsoft. A menudo se solucionan sin llegar a los tribunales y por menos de lo inicialmente reclamado.