En Gibraltar, único territorio británico de ultramar físicamente dentro de la UE, la colonia votó mayoritariamente a favor de la continuidad en la UE: 19.322 votos a favor de los 20.174 emitidos. Sólo 823 'llanitos' se inclinaron por la salida de la Unión Europea. Es decir, un 94,9% de la población votó a favor de permanecer en la UE.

La incertidumbre aquí la produce el tema de la soberanía del Peñón. Nada más conocerse el resultado del referendo, el ministro principal de la roca, Fabián Picardo, ha asegurado en las redes sociales que el Reino Unido ha superado “mayores desafíos” y hareclamado que “es el momento de la unidad, la calma y depensar racionalmente”. “Juntos y unidos seguiremos prosperando”, ha manifestado.

Por su parte, los trabajadores españoles en Gibraltar no ocultan sus dudas sobre el futuro a medio plazo tras la aprobación en referendo del Brexit. El temor más inmediato es el salario o laspensiones, dado que ambos se perciben en libras y la moneda inglesa ha amanecido hoy con una bajada del 10 por ciento. Más de 4.370 empleados fijos acuden a diario al Peñón, además de los 5.000 eventuales contratados en territorio británico, según las cifras que maneja el grupo Transfronterizo, formado por sindicatos, empresarios y colectivos de los dos lados de la Verja.

Los portavoces de la Asociación de Trabajadores españoles en Gibraltar lamentan la victoria de los partidarios del “leave” y explican que afrontan el nuevo escenario con “mucha preocupacióny miedo” ante la posibilidad de que el Reino Unido “arrastre a Gibraltar en su salida de Europa”. Una situación que complicaría lasituación laboral de los españoles y extranjeros de la comarca del Campo de Gibraltar que trabajan allí o las pequeñas empresas que prestan servicios allí.

Además de la rebaja salarial por la depreciación de la libra, el temor se centra en el paso de la frontera, y las dudas de si necesitarán nuevos permisos o incluso el pasaporte. También está el miedo a las“colas salvajes” de casi tres horas para cruzar la verja, una situación que se repite cada vez que se intensifican los controles de la Guardia Civil para evitar el contrabando.

Las largas colas se producen, casualmente, cuando aumenta la tensión diplomática entre las autoridades españolas y el gobierno de la Roca, como ocurrió en 2013 cuando el Ejecutivo del Peñón, presidido por Fabián Picardo, lanzó bloques de hormigón a las aguas cercanas a La Línea de la Concepción para construir, según dijo, un arrecife. La acción fue entendida como una provocación por el ministerio de Exteriores en la larga disputa por las aguas territoriales, así como por parte de los pescadores de la zona, hostigados continuamente por las patrulleras gibraltareñas. La propia UE se ha interesado por los problemas en el paso de la frontera, y ha instado a España a adoptar soluciones para aliviar los fuertes “volúmenes de tráfico” de vehículos y personas, aunque avala los controles y entiende que no infringen la normativa comunitaria.