La flota de buques de guerra rusos que se dirige a Siria no hará finalmente escala en el puerto de Ceuta. La embajada de Rusia en España retiró ayer la petición, después de que arreciara la polémica en Bruselas y de que Madrid pidiera explicaciones a Moscú.

El Gobierno español había concedido en septiembre permisos de escala a tres barcos rusos en el puerto de Ceuta, desde este pasado viernes hasta el 2 de noviembre, una práctica «normal desde hace años», según explica Exteriores. Pero en esta ocasión, en el contexto del deterioro de la situación en la guerra de Siria y de las relaciones entre Moscú y Occidente, lo que debía ser una escala rutinaria -y de escasa relevancia para la logística de la misión rusa- derivó en una breve pero intensa tormenta diplomática.

MALESTAR EN BRUSELAS / En la OTAN, la idea de que buques de guerra rusos camino de Siria se avituallaran en un puerto de un país miembro -aunque Ceuta y Melilla quedaron fuera del territorio OTAN en la negociación de la entrada de España en la Alianza Atlántica- no gustaba nada. Su secretario general, Jens Stoltenberg, expresó el martes y reafirmó ayer, en plena cumbre de ministros de Defensa de la OTAN, la «preocupación» de los países aliados ante la sospecha de que la flota se use para aumentar los «bombardeos y el sufrimiento de los civiles» en Alepo.

Más claro todavía fue el ministro de Defensa británico, Michael Fallon, que se mostró «extremadamente preocupado» por la posibilidad de que «un miembro de la OTAN asista a barcos rusos que se dirigen a Siria y puedan acabar bombardeando a civiles». «En la OTAN tenemos que estar unidos», concluyó. Y el líder del grupo liberal en el Parlamento Europeo, Guy Verhofstadt, tuiteaba: «España firmó la declaración condenando los crímenes de guerra en Alepo la semana pasada y hoy ayuda a repostar a la flota que se dirige a cometer más. ¿En serio?»

En España, el grupo parlamentario de ERC había pedido la comparecencia de los ministros de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y Defensa, Pedro Morenés. Así las cosas, el propio Morenés ya anunció el martes desde París que España pediría explicaciones a Rusia. «El Gobierno de España sigue con extraordinaria preocupación los bombardeos sobre Alepo y la tragedia humanitaria que se está viviendo», recordó Exteriores, por lo que se pidieron «aclaraciones» a Rusia «sobre la posibilidad de que estos buques participaran en labores de apoyo a acciones bélicas» en la ciudad siria. La respuesta rusa fue retirar la petición. Fin de la tormenta. En Moscú, el Ministerio de Exteriores ruso aún no había emitido, a media tarde de ayer, una reacción oficial. Algunos portavoces consultados anunciaron que se difundiría en las horas siguientes. La agencia Interfax, citando a un portavoz de Defensa, negaba sorprendentemente que la petición hubiera existido. España aplica las sanciones pactadas por la Unión Europea a raíz del conflicto en Ucrania, aunque es, junto con otros estados del sur de Europa como Italia y Grecia, uno de los países que intentan preservar los lazos con Moscú, pese al actual clima de confrontación. Fuentes diplomáticas españolas expresaron su confianza en que la polémica no dañe los vínculos bilaterales, y dieron a entender que la posibilidad de nuevas escalas sigue abierta. «El proceso es el siguiente: Moscú presenta una demanda y se examina individualmente cada caso», aseguraron.

Algunos expertos españoles en Rusia y el espacio euroasiático, no obstante, han aprovechado la controversia para revelar el «intenso debate» que vienen generando en el Ejecutivo español las escalas de avituallamiento de los buques rusos en el puerto africano, una discusión que hasta ahora se ha desarrollado lejos de la luz pública. La Marina española ha jugado un papel relevante en el seguimiento de la flota rusa -en cuya composición también se halla el crucero de propulsión nuclear Pedro el Grande- desde que zarpó de Severomorsk. La fragata Almirante Juan de Borbón ha estado al frente de la Agrupación Naval 1 de la OTAN, encargada de observar el transcurrir de los navíos de guerra rusos hasta el estrecho de Gibraltar. A partir de ese punto, será la agrupación 2, en la que también participa el navío español Cantabria, la que asumirá el relevo. H