Decenas de ciudadanos de países vetados por Donald Trump, incluidos refugiados, fueron detenidos ayer en los aeropuertos y a otros tantos se les impidió subir a los aviones bloqueados en las fronteras. Cinco pasajeros de nacionalidad iraquí y otro con pasaporte yemení se convirtieron en las primera víctimas de las draconianas medidas decretadas por el presidente, que penalizan de manera especial a los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana (Irán, Irak, Siria, Sudán, Libia, Yemen y Somalia). Los seis pasajeros no pudieron tomar el vuelo de EgyptAir de El Cairo a Nueva York, según Reuters, aunque disponían de visado para ingresar a EEUU.

Pero ellos fueron solo los primeros en sufrir la orden ejecutiva firmada por Trump el viernes para «mantener fuera de EEUU a terroristas radicales islámicos», pero que en la práctica afecta a millones de ciudadanos.

La orden, titulada Proteger la nación de la entrada de terroristas extranjeros en EEUU, suspende temporalmente la entrada de refugiados e indefinidamente a los de Siria hasta que Trump determine que su entrada no va «en detrimento» del país. También suspende durante 90 días «la concesión de visados y otras prestaciones de inmigración» a los ciudadanos de esos siete países musulmanes. El Gobierno de Irán contestó ayer a la decisión anunciando una prohibición de entrada a su territorio a los estadounidenses. Y Francia y Alemania mostraron su «inquietud» por la medida.