Los venezolanos han vuelto a cruzarse en las calles y gritar fuerte sus razones. La línea divisoria tiene que ver otra vez con la figura de Nicolás Maduro y el desastre económico. Los chavistas volvieron a invocar que la revolución peligra. La Mesa de Unidad Democrática (MUD), vigorizada después de los dislates del Gobierno (el fallido intento de suspender al Congreso y las acciones contra el líder opositor Henrique Capriles), reactivó sus reclamos de elecciones libres e inmediatas.

Las calles de Caracas mostraron lo que ya se sabe: el país está partido. Unos, los chavistas, se vistieron de rojo. Los seguidores de la MUD fueron más heterogéneos pero no menos multitudinarios. «No tienen tantas tanquetas, ni tantos malandros, ni tantos Guardia Nacional (GNB) para frenar un pueblo que quiere un cambio», dijo el diputado Freddy Guevara. Marcharon por miles y miles, con sus banderas y estandartes. En la avenida O’ Higgins de la capital, unos y otros se vieron cara a cara. Más allá de los gritos e insultos el temido choque no se consumó.

De acuerdo con la prensa, un joven recibió un disparo en la cabeza. La MUD denunció otros actos de agresión por parte de simpatizantes del oficialismo o fuerzas del orden. La fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, pidió de inmediato a las fuerzas de seguridad que garantice el derecho a la manifestación. La Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana hizo lo mismo. «Que Jesucristo Resucitado y su Santísima Madre nos alcancen del Padre Celestial la iluminación». A principios de abril, después de la tentativa de cierre del Parlamento, el papa Francisco, que se había involucrado personalmente en el proceso de diálogo entre el chavismo y la MUD (hasta ahora sin resultados), redobló sus llamados a evitar la violencia en Venezuela. Su prédica por ahora no ha alcanzado.

La MUD llamó a marchar «por la Independencia» e invocó el 207 aniversario del comienzo de la lucha por la independencia del dominio español. Quiso, de esta manera, apropiarse de los símbolos y las efemérides patrióticas de las que el Estado hace uso y abuso. Los otros, en cambio, agitaron el peligro de una conspiración.

militarización // Maduro se refirió a un «complot militar» que, dijo, tiene el beneplácito de Estados Unidos. Sus «cabecillas» fueron detenidos. El presidente puso en marcha el llamado plan Zamora, que le autoriza recurrir a las Fuerzas Armadas y de seguridad «para garantizar» el «orden interno, y la integración social». La MUD aseguró que Maduro ha hablado de «guerras imaginarias con el único fin de tratar de intimidar al pueblo venezolano».

La oposición pidió a los militares cumplir con la Constitución, en particular su artículo 328, que define el carácter profesional y apolítico de las estructuras castrenses. El presidente de la AN, el diputado Julio Borges, había pedido a los militares actuar «con conciencia» ante las movilizaciones sociales. Maduro dijo que Borges hizo un llamado al golpe de Estado y debe ser procesado.

Las manifestaciones tienen lugar en medio de nuevos llamamientos regionales a Maduro, tanto de la Organización de Estados Americanos (OEA) como el Mercosur, para que convoque a elecciones o al referendo revocatorio. Por su parte, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció que llevará ante la ONU la preocupación de su Gobierno por la «militarización de la sociedad venezolana».