La guerra del dron barato ha llegado a Mosul, donde el Ejército iraquí, diversos aliados regionales y la coalición anti-Estado Islámico combaten al grupo yihadista en el último reducto que le queda en la ciudad iraquí: la parte noroccidental.

Un informe publicado ayer por el centro de investigación Conflict Armament Research (CAR) señala el uso habitual, desde noviembre del 2016, de drones de uso civil modificados por los miembros del Estado Islámico (EI) y usados para dejar caer proyectiles caseros.

Estas granadas improvisadas cuentan con una cabeza que detona por impacto la carga explosiva de pentrita contenida en la cola, un molde plástico hueco que supone 15 de los poco más de 17 centímetros que mide el artefacto.

CILINDRO PLÁSTICO / En vez del citado molde, algunos proyectiles recuperados contaban con un cilindro plástico y una cola elaborada a partir de un volante de bádminton. Según el CAR, estos proyectiles pueden ser lanzados a mano, disparados desde un rifle modificado o lanzados desde un dron comercial. Los drones hallados por el CAR tienen en el mercado un precio de unos mil euros.

«Esta fabricación responde a dos factores: innovación técnica para proveer a sus combatientes de sistemas de armamento que de otra forma no estarían disponibles, y una ideología de autosuficiencia, que promueve el desarrollo de armas de marca propia», opina el CAR en su informe, en el que confirma «la propensión del grupo (EI) a probar y redefinir rápidamente sus sistemas de armamento, incluida la explotación de tecnologías emergentes, como los drones» y otros elementos disponibles «en la cadena comercial».

NEUTRALIZAR ATAQUES / Para neutralizar estos ataques, los iraquís han recurrido a rifles antidrón de fabricación taiwanesa. Tras empezar a utilizarlos, la frecuencia de estos ataques por parte de los yihadistas ha disminuido y son ahora las fuerzas iraquís las que, sabedoras de que sus enemigos no cuentan con tal defensa, usan drones baratos para golpear a los yihadistas. «El enemigo no tiene ninguna tecnología antidrón más allá de tratar de dispararles», ha señalado en Bagdad el portavoz de la coalición anti-EI, el coronel estadounidense John Dorrian.

«En febrero, el EI usaba entre 10 y 15 drones al día contra las fuerzas iraquís, mientras estas luchaban para limpiar Mosul» de yihadistas, ha dicho Dorrian, y ahora solo utilizan uno o dos al día, y sobre todo con la vigilancia como objetivo.

Además, el pasado día 17, un bombardeo de la coalición anti-EI habría destruido una fábrica de drones de los yihadistas en el oeste de Mosul, según un comunicado de la inteligencia iraquí citado por el portal de noticias Iraqi News. Aunque dado el éxito de su campaña aérea, esta amenaza -advierte el CAR- podría resurgir en cualquier otro territorio bajo control del grupo fundamentalista.