Juan Pernalete falleció el miércoles en Caracas cuando intentaba llegar hasta la Defensoría del Pueblo para exigirle a su principal autoridad, Tareck William Saab, que remueva a los integrantes de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que avalaron semanas atrás la disolución de la Asamblea Nacional (AN).

Pernalete tenía 20 años y estudiaba Economía. Murió por el impacto de uno de los proyectiles de gas lacrimógeno en el pecho que lanzó la Guardia Nacional. “Ese pude haber sido yo”, dijo el hijo mayor del Defensor del pueblo de Venezuela, Tareck William Saab, quien denunció la “brutal represión” contra las protestas a las que convoca la oposición para exigir una salida electoral.

Con su testimonio abrió una inesperada grieta en el chavismo. Yibram Saab, estudiante derecho, se sentó frente a una cámara y comenzó a leer. Lo primero que dijo es que lo hace por un deber ciudadano y que no ha recibido amenazas. Con algunos signos de nerviosismo le pidió a su padre que ponga “fin a la injusticia” que “ha hundido al país” y fue desatada por la “ruptura del orden constitucional”, un mes atrás.

La grabación empezó a circular en las redes sociales de inmediato. “Te pido como hijo y en nombre de Venezuela , a la cual tú sirves, que reflexiones y hagas lo que tienes que hacer”. La imagen deja entrever un jardín. Se supone que es la casa familiar, y en ese signo se evidencia un buen pasar de la familia. Es de noche, y Yibram Saab se va relajando. Lee de manera pausada. “Te entiendo -le dice al padre, sobre su encrucijada: permanecer en silencio o reaccionar-, sé que no es fácil, pero es lo correcto”. El hijo del Defensor del Pueblo condenó la “brutal represión” del miércoles “de la cual fui víctima”. Le pudo pasar lo de Pernalete debido al “terrible e inhumano uso de los gases lacrimógenos”.

Como era de suponer, la Mesa de Unidad Democrática (MUD) celebró el video. “Este chamo (muchacho) es un orgullo para todo”, dijo el diputado Freddy Guevara. Nicolás Maduro debió observarlo estupefacto. Un hijo de la elite política lo estaba poniendo contra las cuerdas. Pero no fue el presidente sino su hijo, Nicolás Maduro Guerra, el encargado de responderle a Yibram Saab a través de una carta pública. Entre otras cosas le recordó “con espíritu fraternal” cómo caminaban codo a codo en las marchas de apoyo a fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013). “Íbamos gritando consignas junto con nuestros viejos y el pueblo bolivariano”. Las luchas de ayer son las mismas de hoy, le señala. “No han cambiado”. Se conocen hace tiempo. “Me recuerdo cuando jugábamos y pasábamos horas echando broma mientras nuestros padres trabajaban”. La crisis política los ha separado. “Tus tres minutos de fama pudieron haber sido otra cosa. Creo que podías haber levantado el teléfono y haber conversado con tu papá”.