Rusia urdió un plan para sacar al fundador de Wikileaks, Julian Assange, de la embajada de Ecuador en la Navidad pasada y llevarlo a territorio ruso, aunque desistió finalmente dados los riesgos de la operación, según reveló The Guardian. Estas revelaciones ponen de nuevo sobre el tapete los vínculos de Assange con la inteligencia del Kremlin, extremo que siempre ha negado.

De acuerdo con la información del rotativo británico, diplomáticos rusos mantuvieron charlas secretas en Londres en el 2017 con allegados del fundador de Wikileaks para tratar de sacarlo del país. El plan consistía en introducirlo el día de Navidad en un vehículo diplomático y llevarlo a Rusia, donde no existe acuerdo de extradición con EEUU. Para ello, los espías rusos contaban con un piso que usarían a modo de base de operaciones cerca de la embajada y desde el que coordinarían la misión.

A pesar de haber tenido en cuenta hasta el último detalle, finalmente el plan fue descartado por ser «demasiado arriesgado».

Assange es responsable de la filtración de cerca de 50.000 e-mails que perjudicaron a la candidata a la presidencia de EEUU Hillary Clinton, y constituye una pieza clave en una de las investigaciones en curso que se están llevando a cabo para esclarecer la posible injerencia rusa en las elecciones presidenciales del país en el 2016.

ACUSACIÓN DE MUELLER / Robert Mueller, al frente de las pesquisas, acusó formalmente a 12 espías rusos en julio por supuestas injerencias en los servidores del Partido Demócrata estadounidense durante la campaña presidencial que ganó Donald Trump. Según apuntan los investigadores, los e-mails habrían sido transmitidos por la inteligencia rusa al fundador de Wikileaks, que fue quien los sacó a la luz.

Assange ha negado siempre haber contactado con la inteligencia rusa, pero los rumores de este plan de fuga han vuelto a agitar las sospechas sobre sus estrechas relaciones con Moscú. Según The Guardian, Fidel Nar-váez, hombre de confianza de Assange y del cónsul de Ecuador en Londres, habría sido el encargado de negociar con Moscú el plan de fuga.

Assange, de 47 años y nacido en la ciudad australiana de Townsville, no ha abandonado la legación diplomática desde el 2012 por temor a que las autoridades británicas lo deporten a Estados Unidos, donde podría ser juzgado por la publicación de documentos militares y diplomáticos de carácter confidencial.

Se estima que las autoridades británicas han gastado 22 millones de libras (unos 24 millones de euros) en la vigilancia de la embajada, ya que si Assange sale, será inmediatamente detenido.

El 28 de noviembre del 2010, Wikileaks comenzó a difundir miles de documentos con información comprometedora.