Miles y miles de mujeres poblaron las calles de distintas ciudades de Brasil bajo el grito de #EleNão” (Él no). Y lo que rechazaron con el corazón y la mente es a la figura del ex capitán del Ejército, Jair Bolsonaro, el líder de la ultraderecha que encabeza las encuestas de los comicios del 7 de octubre. Homofóbico, racista, misógino y nostálgico de la última dictadura (1964-85), Bolsonaro recibió este sábado el alta médica después de haber estado tres semanas en dos hospitales como consecuencia del fallido atentado en su contra. En Sao Paulo, su última estancia médica, la manifestación contra su candidatura fue de magnitud.

Millones de brasileñas se han identificado de inmediato con la campaña #EleNão”, animada por numerosas referentes de la cultura. “#EleNão porque es un machista, él no porque es homófobo, él no porque es racista, él no porque es un revés para nuestra democracia”, señala en un un video en su cuenta de Instagram la famosa cantante, compositora, bailarina y productora musical bahiana, Daniela Mercury. Ella es, junto con otras celebridades como Camila Pitanga y Patricia Pillar, una de las portavoces de un movimiento espontáneo que ha ganado fuerza en las redes sociales: “Mujeres Unidas Contra Bolsonaro” cuenta con más de 2,5 millones de participantes. Días atrás, la página en Facebook fue hackeada por bolsonaristas.

Las manifestaciones funcionaron de alguna manera como una respuesta a sus recientes y amenazantes declaraciones relacionadas con las elecciones. Todo indica que Bolsonaro disputaría el segundo turno con Fernando Haddad, el abogado que designó el Partido de los Trabajadores (PT) para sustituir a Luiz Inacio Lula da Silva, actualmente encarcelado. El candidato del Partido Social Liberal (PSL) aseguró el pasado viernes que rechazará un escenario de derrota el 28 de octubre. “Sobre si las instituciones militares aceptan el resultado, yo no hablo por los comandantes (del Ejército), les respeto. Yo, por lo que veo en las calles, no acepto un resultado de las elecciones diferente de mi elección”. Bolsonaro también cuestionó el sistema del voto electrónico. “No existe en ningún país del mundo”. Además, puso en duda la transparencia de la contienda. “Lamentablemente no tenemos forma de auditar las elecciones, solo (ganarían) con el fraude”, dijo, en alusión a un eventual triunfo de Haddad.

Mientras las mujeres salían a las calles, el diario paulista Folha, de escasas simpatías con el PT, publicó un durísimo editorial contra Bolsonaro. “Quien participa en la elección presidencial se adhiere tácitamente a un contrato con la Nación. Se obliga a aceptar el resultado soberano de las urnas en caso de derrota y, en la otra hipótesis, a respetar la Constitución y los derechos fundamentales al conducir el Gobierno”. Para Folha, “ha llegado el momento de que los candidatos más competitivos expresen compromisos definitivos con la democracia”. De acuerdo con el diario, Bolsonaro lanza sospechas “infundadas” y estimula “paranoias de manipulación”. El diputado, añade el editorial, “necesita aclarar al país si va a continuar comportándose como un enano inconsecuente o se asumirá la madurez necesaria para colocarse a la altura de la pretensión de gobernar Brasil”.