Ha sido una comedida reacción crítica, muy diferente en tono y forma a las agrias diatribas oídas en Moscú en otros picos de tensión de esta nueva era de confrontación entre el Kremlin y Occidente. Rusia ha considerado, a través de sus portavoces, que la pretensión del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer la soberanía israelí sobre los Altos del Golán es «irresponsable» y «agrava» los conflictos en Oriente Próximo. Pese a que Siria constituye el principal aliado ruso en la región, las autoridades rusas evitaron ayer recurrir a ningún tipo de retórica incendiaria al valorar las intenciones del magnate neoyorquino, al menos por el momento.

«Esto es nada más que un llamamiento; esperemos que solo se quede en eso», aseguró Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin. «En cualquier caso, esta idea por sí misma de ninguna manera facilita los objetivos de llegar a un acuerdo en Oriente Próximo; más bien lo contrario», subrayó. Por su parte, Maria Zajárova, portavoz de Exteriores, aseguró que los movimientos del presidente de EEUU son «irresponsables», advirtió que las pretensiones de Trump podrían desencadenar «nuevas guerras» y «agravar» las existentes.

ALIADO / Siria es el principal aliado con el que cuenta Rusia en Oriente Próximo, y era de esperar que Moscú acudiera en su apoyo, al menos verbalmente, ante una medida que, de materializarse, afectaría directamente a su integridad territorial. Sin embargo, no pocos observadores han destacado que las intenciones de Trump, en caso de llevarse a cabo, neutralizarían por completo los argumentos esgrimidos por Washington para oponerse a la anexión de Crimea en el 2014.

Estas mismas voces han recordado además las repetidas ocasiones en las que Trump ha asegurado en el pasado que la península reclamada por Ucrania era «rusa» porque sus habitantes hablaban «ruso», la última en junio durante la cumbre del G-7 en Canadá.

INVESTIGACIÓN / Todo ello, además, se produce cuando aún se halla bajo investigación la posible colusión de Trump con agentes, instituciones y personalidades vinculadas al Kremlin durante la campaña electoral de las presidenciales. El anuncio de Trump se produce también en un momento en que las relaciones entre Israel y Rusia atraviesan un excelente momento, debido, entre otros factores, a la buena química personal que existe entre el presidente Vladímir Putin y el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu. En los últimos años, el mandatario israelí ha visitado Moscú con inusitada frecuencia y ha reconocido haber debatido el tema de la soberanía israelí del Golán con el mandatario ruso, en quien cree haber encontrado «comprensión».

«El presidente Putin entiende la importancia que yo concedo a los Altos del Golán» para la seguridad de Israel, dijo en una ocasión el líder israelí. El reconocimiento internacional sobre el Golán requeriría del visto bueno de Moscú, tal y como ha venido recordando en los últimos meses el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov. La reservada respuesta rusa contrasta con la indignación de Irán y Siria, los principales apoyos de Moscú en la zona. «Las decisiones personales de Trump llevarán a una crisis a la región», advirtió un portavoz del Ministerio de Exteriores iraní. El Golán es una «parte indivisible» del territorio sirio y recuperarla «por todos los medios posibles por el derecho internacional es aún una prioridad», destacó en Damasco un alto funcionario del Gobierno sirio.