La capitana del barco de la ONG Sea Watch, Carola Rackete ha sido detenida tras atracar en la madrugada de este sábado en el puerto de la ciudad italiana de Lampedusa. El buque no había recibido permiso de las autoridades, pero la capitana ha decidido entrar en el puerto invocando el estado de necesidad para poder desembarcar a los 40 inmigrantes y tras permanecer 17 días en el mar.

Carola Rackete atracó el barco en el muelle comercial de forma sorpresiva, esquivando a una patrullera de la Guardia di Finanza que le cortaba el paso. Posteriormente fue arrestada por agentes italianos acusada de “resistencia o violencia contra un buque de guerra”, un delito que le podría acarrear una sentencia de tres a diez años.

También descendieron del barco los cinco parlamentarios ( Davide Faraone, Graziano Delrio, Matteo Orfini, Nicola Fratoianni y Riccardo Magi) pertenecientes al Partido Demócrata (PD), Izquierda Italiana (SI) y +Europa que había subido al barco este jueves en solidaridad a la capitana y la tripulación.

"NO HABÍA OTRA OPCIÓN"

Desde Sea Watch en Italia reconocen que “la comandante Carola no tenía otra opción. Durante 36 horas había declarado el estado de necesidad que las autoridades italianas habían ignorado”, señaló la portavoz de la organización humanitaria en Italia Giorigina Linardi. Mientras, los abogados de Sea Watch, Leonardo Marino y Alessandro Gamberini, apuntan que “fue una elección desesperada”.

La capitana del buque de rescate señaló el pasado viernes que estaba “segura de que la justicia italiana reconocerá que la ley del mar y los derechos de las personas están por encima de la seguridad y el derecho de Italia a sus aguas territoriales”, y reconoció que no había recibido ninguna notificación sobre la apertura de una investigación por parte de la justicia italiana por ayudar a la inmigración clandestina. “Afrontaré todo con el apoyo de nuestros abogados. Ahora solo quiero que las personas puedan bajar a tierra”, señaló Rackete.

El barco humanitario esperaba anclado cerca del puerto de Lampedusa autorización para desembarcar a los rescatados el pasado 12 de junio, mientras la situación a bordo se agravaba día a día. Rackete habló del mal estado físico y psicológico de los 40 migrantes que estaban a bordo después de que fueran evacuados por motivos médicos un joven aquejado de fuertes dolores abdominales, y su hermano de 11 años que le acompañaba.

El Gobierno italiano se negó a autorizar el desembarco de los rescatados mientras no obtuviera un acuerdo con otros países europeos para acogerlos. No obstante la maniobra de la capitana ha acelerado los hechos y finalmente fue detenida nada más poner pie en Lampedusa.

SALVINI CELEBRA LA DETENCIÓN

Mientras, el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha celebrado la detención de la capitana del barco y la acusa de “comportamiento criminal” por haber puesto en peligro la vida de los agentes de la Guardia di Finanza durante su maniobra para atracar en el puerto de la isla italiana de Lampedusa.

Delrio, exministro de Infraestructuras y Transportes y exsubsecretario a la presidencia del Consejo de ministros, afirmó que ahora “las autoridades judiciales establecerán si la capitana ha cometido un delito”, pero defendió que “en caso de necesidad se pueden violar las leyes” y ella “era responsable de la seguridad de todas las personas a bordo y hay que respetar su decisión”.