La justicia de Bangladés ha condenado a muerte a 16 acusados de asesinar a una chica que había denunciado los abusos sexuales del profesor de una escuela islamista. Su muerte había provocado 6 meses atrás numerosas manifestaciones en el país y la promesa del primer ministro, Sheikh Hasina, de una pronta resolución.

Nusrat Jahan Rafi, de 19 años, denunció a la Policía que el director de la escuela la había sometido a tocamientos en su despacho. La denuncia acabó con el director en la cárcel. Desde ahí, aclara la sentencia, planeó el asesinato. Varios compañeros y profesores la citaron en la última planta de la escuela y le ordenaron, con amenazas, que retirara las acusaciones. Ante su negativa, la ataron de pies y manos, la rociaron de queroseno y le prendieron fuego.

Su intención era simular un suicidio, pero la joven pudo alcanzar la calle con el cuerpo en llamas y en la ambulancia que la conducía al hospital grabó un vídeo en el móvil donde denunciaba lo ocurrido y nombraba a los culpables. Murió cuatro días después con quemaduras en el 80% de su cuerpo.

El director figura entre los condenados a muerte aunque ha negado las acusaciones y recurrirá. Otros 12 sentenciados sí han confesado el crimen. Entre ellos figuran profesores de la escuela islámica y líderes de la formación gubernamental Awami League. El tribunal del sur del país ha despachado el juicio con una celeridad desconocida en un país donde los procesos se eternizan.

El fiscal que ha dirigido el caso, Hafez Ahmed, ha ensalzado la sentencia como «un gran logro para el sistema judicial» del país que demuestra que «nadie se salva tras cometer un asesinato».