La Unión Demócrata Cristiana (CDU) precipita el proceso para la sucesión de una Angela Merkel que se apaga más rápido de lo previsto. El descalabro electoral democristiano en los comicios regionales de Hamburgo el pasado domingo --en los que la CDU obtuvo solo el 11,2 % de los votos--, la reciente ruptura del cordón sanitario en Turingia y la consecuente retirada de la todavía presidenta democristiana, Annegret Kramp-Karrenbauer, han precipitado la carrera para hacerse con la dirección del partido más votado de Alemania.

El último congreso de la CDU celebrado a finales del pasado año cerró en falso tanto el liderazgo de AKK (acrónimo con el que se conoce popularmente a la que tenía que ser la sucesora de Merkel) como la cuestión de la candidatura a la cancillería: los conservadores alemanes sostuvieron con pinzas a AKK y prefirieron aplazar el nombramiento de su cabeza de lista para las próximas elecciones, previstas para septiembre del 2021. Tras la renuncia de AKK, el itinerario previsto por el partido ha saltado por los aires. Ahora se multiplican las voces que temen por la unidad y estabilidad de la fuerza que ha gobernado Alemania los últimos 15 años.

DUPLA SORPRESA

“La CDU se encuentra en la peor crisis de su historia”. Esta frase no corresponde a ninguno de los tres candidatos oficiales a la presidencia democristiana, pero resume mejor que ninguna otra la situación que atraviesa la formación. La pronunció este martes el ministro federal de Sanidad, Jens Spahn, uno de los nombres que hasta hace bien poco era barajado como candidato a suceder a AKK.

El ambicioso y joven político - de sólo 39 años - se ha retirado finalmente de la lucha por el poder. Spahn apoyó este martes oficialmente la candidatura de Armin Laschet, primer ministro del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado del país y con la federación más poderosa dentro la CDU. Si Laschet gana la partida en el congreso extraordinario que el partido conservador celebrará el próximo 25 de abril en Berlín, Spahn será su vicepresidente.

La dupla Laschet-Spahn, hecha pública este martes, ha sorprendido a muchos: el primero es considerado parte del ala más moderada, liberal y continuista con el legado centrista de Merkel, mientras que el segundo se ha caracterizado por un conservadurismo más acentuado; Spahn ha sido, por ejemplo, uno de los grandes críticos de la cancillera y de su política migratoria y de acogida a los refugiados.

La candidatura conjunta pretende superar las crecientes divisiones dentro de la CDU. Laschet muestra una cara amable y sensible con el calentamiento global. Este martes defendió el abandono de la energía atómica y del carbón, decisión ya tomada por Merkel. “Si no lo conseguimos, no nos podrá suceder nadie en el planeta”, dijo. Este discurso abre la puerta a una coalición entre la CDU y Los Verdes, una fórmula ya aplicada en la vecina Austria y la más plausible actualmente en Alemania con las actuales encuestas de intención de voto, en las que el partido ecoliberal es segunda fuerza con cerca del 20%.

GIRO A LA DERECHA

Minutos después de la comparecencia de Laschet y Spahn, e incluso en la misma sala de la Conferencia Federal de Prensa, aparecía Friedrich Merz. El otro gran candidato a la presidencia de la CDU, que perdió por poco frente a AKK la sucesión de Merkel en un congreso del 2018, llegó con un discurso que ofrece un claro giro a la derecha: “Con todo el respeto para mi amigo Armin Laschet, a partir de hoy tenemos la alternativa entre continuidad o un nuevo comienzo y la renovación de la CDU”, dijo.

Laschet había afeado previamente a Merz su negativa a formar una fórmula conjunta y colaborativa para la transición que enfrenta el partido. Merz es un antiguo rival de la cancillera Merkel. Contra ella perdió su primer pulso por hacerse con las riendas del conservadurismo alemán cuando Merkel daba sus primeros pasos en la alta política alemana. Este martes volvió a dejar claro que su objetivo es acabar con la herencia del 'merkelismo'.

En su intervención, crítico las líneas maestras de la actual Gran Coalición conformada por democristianos, socialcristianos de la CSU bávara y socialdemócratas del SPD -la tercera desde que Merkel está en el poder-. El candidato cargó contra la transición energética y la apuesta por las fuentes de energía renovables, contra la incapacidad del gobierno federal de deshacerse de la dependencia de tecnología extranjera en sus esfuerzos por digitalizar el país -en una crítica al papel de China y Huawei- y contra las últimas debacles electorales de la CDU. “Mis posibilidades son muchos mejores ahora”, dijo, confiado, Merz.

El tercero en liza es Norbert Röttgen, exministro federal de Medio Ambiente que presentó por sorpresa su candidatura justo hace una semana. Fue el primero en hacerlo oficialmente y también el que tiene menos opciones. “La segunda persona de mi equipo será una mujer”, escribió este martes Röttgen en su canal de Twitter en un intento de ganar terreno en un carrera por el poder exclusivamente masculina.