Un nuevo intento de salvar el acuerdo nuclear que limita la capacidad de Irán de fabricar armas atómicas concluyó ayer en Viena sin más avances que la insistencia iraní de volver a cumplir sus compromisos si la UE compensa las sanciones reimpuestas por EEUU cuando abandonó el pacto, en el 2018. El mensaje iraní llega tras una cumbre en la carrera contra el reloj para tratar de salvar un acuerdo en peligro por la presión de Washington a Teherán y la respuesta de Irán al reactivar parte de su programa atómico.

Teherán insiste así en el mensaje que repite desde que el pasado julio comenzara a incumplir progresivamente el acuerdo del 2015, que limitaba y ralentizaba su programa atómico para asegurar que no pudiera construir armas atómicas a corto plazo.

MARCHA ATRÁS / «Estamos plenamente preparados para dar marcha atrás en los pasos que hemos dado, a cambio del pleno cumplimiento de los compromisos de la otra parte», declaró el viceministro de Exteriores y principal negociador nuclear iraní, Abas Araqchi, al salir de una reunión en Viena con la Unión Europea, China y Rusia, otros de los firmantes del pacto. Los «pasos» a los que se refirió el representante iraní son la violación de la cantidad y la pureza del uranio enriquecido que le permite el JCPOA, como se conoce al acuerdo, y la tecnología y maquinaria que puede usar en su programa atómico.

Irán argumenta que las sanciones impuestas por EEUU tras abandonar el pacto interrumpen los beneficios que le garantizaba el documento, ante todo por la imposibilidad de exportar crudo, su principal fuente de ingresos.

Teherán recrimina a la UE que no haya sido capaz de activar medidas que compensen las sanciones estadounidenses. Araqchi señaló que en la reunión de ayer, los europeos mostraron su voluntad de fortalecer Instex, el mecanismo financiero creado por la UE para sortear las sanciones de EEUU. Por su parte, China advirtió de que la comunidad internacional afronta una «carrera contra el tiempo» para intentar salvar el acuerdo, y acusó de la situación a EEUU y su «política de máxima presión contra Irán».