La Policía chilena reprimió una nueva manifestación pacífica en la Plaza Vergara, en el centro de la ciudad costera de Viña del Mar, por considerar como "no autorizada" la protesta contra la el Festival Internacional de la Canción que se celebra esta semana en la urbe.

Unas 400 personas se congregaron un día más en las cercanías de la Quinta Vergara, lugar que acoge el certamen musical chileno, en el que esta noche actuaban el español Pablo Alborán y el argentino Luciano Pereira.

De forma pacífica, aunque muy reivindicativos, los manifestantes se mantuvieron durante horas en la plaza homónima al recinto del festival, apenas a dos calles de distancia, justo en el acceso en donde el público iba llegando cuando caía la noche.

Hostigamiento policial

Pese a no cortar el tráfico ni generar disturbios, Carabineros (policía militarizada) hizo diversas incursiones en la plaza para, en un primer momento, realizar controles de identidad a las personas congregadas, en su mayoría jóvenes, y posteriormente para disolver la protesta.

"Esta protesta no está autorizada", se escuchó en reiteradas ocasiones en los altavoces de los vehículos policiales lanzagases que merodeaban los alrededores. Acto seguido, centenares de agentes del Estado invadieron la zona practicando detenciones arbitrarias a diversas personas, al menos siete que Efe pudo constatar en el lugar.

Además, los uniformados utilizaron contra los manifestantes el camión lanzaaguas, popularmente conocido como "guanaco", a pesar de la ausencia de altercados ya que únicamente gritaban desde la plaza.

Estrategia de seguridad

Aunque desde el pasado domingo las protestas han sido continúas en la ciudad de Viña del Mar, a unos 100 kilómetros al oeste de Santiago de Chile, la cantidad de personas que acude a las movilizaciones se ha reducido y los disturbios han bajado de intensidad hasta casi desaparecer.

Sin embargo, el Gobierno del presidente conservador Sebastián Piñera, desplegó centenares de agentes de Carabineros en la ciudad jardín para evitar que volvieran a ocurrir los graves hechos de violencia que sucedieron el domingo, con destrozos en buena parte de la urbe.

Escuadrones de agentes antidisturbios a pie custodian toda la zona cercana a la Quinta Vergara y automóviles blindados, furgones y autobuses desplazan a pelotones de un lado a otro de la ciudad en cuestión de minutos.

Los vehículos lanzaaguas y lanzagases se reparten por las calles aledañas al festival de la canción y brigadas de docenas de motoristas circulan sin cesar por los alrededores de la zona donde se congregan los manifestantes, que son grabados desde al menos dos drones que sobrevuelan sin cesar el lugar.

Crisis social

Pese a que los chilenos han seguido saliendo a la calle desde el pasado 18 de octubre, cuando explotó la revuelta social en contra de la desigualdad de modelo socioeconómico del país austral que mantiene el Gobierno de Piñera, la cantidad de personas que participan en las movilizaciones se ha reducido con el paso del tiempo.

Aun así, el festival de Viña del Mar volvió a poner de manifiesto en las calles el descontento de la gente contra el sistema y las protestas, que dejan al menos 30 fallecidos en más de 4 meses, están lejos de acabar.

"Estamos acá, somos gente que trabaja, no somos delincuentes. Dejamos muchas cosas de lado por estar aquí y ganar la pelea, que tenemos que ganar sí o sí. Y no estos 'concha su madre' (lnsulto injurioso y ofensivo para referirse a los carabineros) que van a quedar todos rendidos", dijo a Efe un manifestante que se identificó como Gerardo, oriundo de la vecina ciudad de Valparaíso.

Violación a los derechos humanos

La basta presencia policial no evitó que tanto él como otros jóvenes gritaran consignas durante horas, principalmente contra los carabineros y la represión ejercida por estas fuerzas del Estado.

Sobre el cuerpo de Carabineros han recaído durante los más de cuatro meses de protestas acusaciones por violaciones a los derechos humanos, y a sus agentes se les ha criticado su actuación para reprimir las protestas y se les ha responsabilizado de los miles de heridos en las marchas y manifestaciones registrados en todo el país.

"Está lleno de policías y ellos no son de Viña, son de Santiago y Valparaíso. La gente está cansada pero salimos todos los días (a protestar) porque está el derecho a manifestarse y queremos que las cosas cambien", indicó otra manifestante de 15 años que dijo llamarse Lucero.