Había amenazado con hacerlo y este sábado el primer ministro francés, Edouard Philippe, lo ha anunciado oficialmente en la tribuna de oradores de la Asamblea Nacional. El Gobierno recurrirá al decreto para aprobar la polémica reforma de las pensiones prometida por Emmanuel Macron para transformar los 42 regímenes actuales en un sistema universal por puntos, una reforma que ha provocado la huelga más larga de la historia de Francia y una contestación sin precedentes.

Philippe activará el artículo 49.3 de la Constitución después de haber logrado el visto bueno del Consejo de Ministros extraordinario que se ha reunido este sábado para analizar las medidas que se pondrán en marcha para hacer frente a la propagación del coronavirus.

En un hemiciclo semivacío, el primer ministro ha justificado su decisión denunciando una "estrategia de obstrucción deliberada" por parte de una minoría que, con un torrente de enmiendas al texto, impide el avance de los debates.

DOS SEMANAS DE DEBATES

El examen del proyecto legislativo arrancó hace 15 días en la Cámara, pero los diputados solo han llegado al artículo 8. La Francia Insumisa y el Grupo comunista habían presentado más de 30.000 enmiendas de las 41.000 que ha registrado el texto.

El Elíseo y el Ejecutivo quieren avanzar rápidamente para evitar que el dossier de las pensiones se enquiste e impida seguir adelante con el resto de las reformas pendientes de la legislatura. Su intención es tener lista la ley antes del verano.

El artículo 49.3 de la Constitución es una especie de bazuka parlamentario que ya usó el exprimer ministro Manuel Valls durante la presidencia de François Hollande para sacar adelante la reforma laboral temiendo que los diputados socialistas rebeldes votaran en contra del texto.

MOCIÓN DE CENSURA

El recurso a esta herramienta constitucional obliga al Gobierno a someterse a la confianza de la Asamblea. Los diputados que contesten la medida disponen de 24 horas para presentar una moción de censura que será debatida en las 48 horas siguientes al anuncio del Ejecutivo.

Si triunfa, el Gobierno cae y el texto legislativo será rechazado, escenario poco probable dado que el partido gubernamental tiene una cómoda mayoría en la Asamblea. En caso contrario, la reforma será aprobada sin someterse al voto de los diputados.

La oposición ha tildado de antidemocrática la estrategia del Gobierno. "Bajo esos aires de dandi elegante, el primer ministro usa métodos extremadamente violentos", ha criticado el líder de la Francia Insumida, Jean Luc Mélenchon.