Turquía aseguró este viernes en la ONU que no va a retirar a sus tropas de la provincia siria de Idlib y que responderá de forma contundente a cualquier nuevo ataque por parte del Ejército sirio y sus aliados.

Ankara se pronunció así en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, convocada tras la muerte de más de una treintena de soldados turcos en un ataque del Ejército sirio, que ha disparado la tensión en la zona.

Según el embajador turco ante la ONU, Feridun Sinirlioglu, el ataque sirio fue claramente "deliberado", se prolongó durante cinco horas y continuó incluso después de que Turquía avisase a Rusia, aliada de Damasco, de lo que estaba ocurriendo.

"Fue un acto de agresión contra Turquía", insistió el diplomático, que acusó al Ejército sirio de atacar a tropas turcas porque son las que ofrecen "esperanza" a los millones de civiles de Idlib frente a los "crímenes contra la humanidad del régimen".

"Quieren involucrar a Turquía en su sucia guerra, pero han cometido un error de cálculo", dijo Sinirlioglu, que dejó claro que su país "no dudará en utilizar la fuerza si es atacado".

El representante turco aseguró además que Ankara ha comunicado a Moscú que no va a abandonar los puestos militares que tiene en el noroeste sirio y que los va a reforzar.

"Turquía ha actuado con máxima contención, pero esto es una lucha entre el bien y el mal", señaló el diplomático, que exigió al Consejo de Seguridad que frene la ofensiva de Siria y sus aliados contra el bastión opositor de Idlib.

Habrá consecuencias en Europa

Si el conflicto no se resuelve habrá "consecuencias en Europa y más allá", advirtió, insistiendo en el mensaje lanzado ya este viernes por Ankara.

De parte siria, el embajador Bashar Yafari, acusó a Turquía de dar apoyo a los grupos terroristas que controlan buena parte de Idlib y de tener ambiciones de expandir su territorio.

Además, advirtió contra los intentos turcos de "arrastrar a la OTAN en sus caprichos" y contra su "chantaje" a Europa.

"Pedimos a los países europeos que no se involucren en pactos vergonzosos con el régimen turco a expensas de los sirios", insistió Yafari, que llamó al Consejo de Seguridad a "poner fin a la aventura de (Recep Tayyip) Erdogan", el presidente turco.

Rusia, por su parte, aseguró que está en contacto permanente con las dos partes y dijo que "lamenta" la muerte de soldados turcos, al tiempo que insistió en que Siria tiene derecho a hacer todo lo que considere necesario para combatir a los terroristas.

En la reunión, los países occidentales insistieron en la necesidad de un alto el fuego inmediato en el noroeste de Siria y varios, entre ellos Estados Unidos, dieron por muerto el formato de cooperación entre Rusia y Turquía para controlar el conflicto en esa zona.

Washington subrayó su solidaridad con Turquía, aliado en la OTAN, y defendió sus acciones en defensa propia.

Los países europeos, por su parte, condenaron el ataque contra las fuerzas turcas e insistieron a Damasco y Moscú en que deben detener su campaña militar en Idlib.

En un hecho poco habitual, intervino también en la reunión el secretario general de la ONU, António Guterres, quien lanzó una clara advertencia sobre la peligrosa situación en Siria y la "naturaleza cambiante" del conflicto por los choques de las últimas horas.