El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, se ha desplazado por sorpresa este lunes a Kabul para mediar en la crisis política desatada entre el presidente afgano, Ashraf Ghani, y Abdullah Abdullah, el segundo candidato más votado en las pasadas elecciones presidenciales y que no ha reconocido los resultados. Una crisis que podría poner en peligro el acuerdo de paz firmado entre los talibanes y Washington el pasado 29 de febrero.

El portavoz de Abdullah, Omaid Maisam, explicó a la agencia Efe que Pompeo tenía previsto reunirse con el candidato y examinar "dos temas: la disputa electoral y el proceso de paz, aunque las discusiones se centrarán sobre todo en los problemas electorales".

El portavoz del Palacio Presidencial, Sediq Sediqqi, reveló más tarde en Twitter que Ghani mantuvo una reunión con Pompeo en la que trataron "el proceso de paz, los siguientes pasos en el proceso, el consenso regional para la paz en Afganistán y la situación actual política y de seguridad en el país".

"El temor es que, a menos que esta crisis se resuelva pronto, pueda afectar al proceso de paz. Nuestro acuerdo con los talibanes podría estar en riesgo", manifestó una fuente del Departamento de Estado, antes de añadir que no está claro si se podrá encontrar una solución durante esta visita de un día de Pompeo.

ACUSACIONES DE FRAUDE ELECTORAL

Pompeo llega a Afganistán en un momento complicado políticamente y también en medio de una gran incertidumbre respecto a las futuras negociaciones de paz entre los talibanes y el Gobierno afgano.

Ghani fue declarado ganador de las elecciones presidenciales del pasado septiembre, lastradas por las acusaciones de fraude electoral. Abdullah, el segundo candidato más votado, se negó a reconocerlas y anunció la formación de un Gobierno paralelo.

Por otro lado, las negociaciones de paz parecen estancadas tras el acuerdo alcanzado el pasado 29 de febrero entre EEUU y la formación insurgente. El Gobierno afgano debía liberar a 5.000 insurgentes, mientras que éstos harían lo propio con 1.000 miembros de las fuerzas de seguridad afganas, pero ambas partes no han llegado a un acuerdo al respecto.

Los insurgentes piden que se liberen a todos los prisioneros de una sola vez, mientras que el Gobierno afgano se ha ofrecido a hacerlo de manera escalonada, tras negarse inicialmente a cualquier liberación de prisioneros antes del inicio de las conversaciones.

A esta situación se ha sumado ahora la crisis mundial del coronavirus, con 40 casos positivos detectados hasta la fecha en Afganistán. Las autoridades temen que el número de contagios aumente con el regreso de miles de ciudadanos procedentes de Irán, uno de los países más golpeados por la pandemia. El sistema sanitario afgano se encuentra devastado después de años de guerra.