El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, intenta este sábado romper el bloqueo y evitar el fracaso de la cumbre de jefes de estado y de gobierno de la UE, que negocia por segundo día el nuevo fondo de recuperación y el presupuesto para el período 2021-2027, cediendo a las exigencias de los países frugales, como Holanda y Austria, en una nueva propuesta de compromiso que plantea, tal y como exigen, menos transferencias a fondo perdido y más préstamos, poder de veto sobre las ayudas que se concedan y descuentos más generosos para los países ricos.

La oferta de Michel, que aumenta las concesiones al club de los frugales se centra en el fondo de recuperación de 750.000 millones propuesto por la Comisión Europea, 500.000 millones en ayudas y 250.000 en préstamos, para relanzar la economía europea y superar la crisis provocada por el covid19. La intención del presidente del Consejo Europeo, según el documento al que ha tenido acceso El Periódico, es mantener el volumen global del nuevo fondo pero modificando el equilibrio estre ayudas y préstamos contestado por los 'frugales'.

Para ello, propone recortar el montante transferencias a fondo perdido en 50.000 millones, de 500.000 a 450.000 millones, y aumenta la parte de los préstamos hasta los 300.000 millones. Concretamente, el plan contempla reducir el programa de inversión InvestEU y eliminar el instrumento para la solvencia de las empresas aunque aumenta el fondo de recuperación y resiliencia, destinado a apoyar las reformas.

VETO PARA RUTTE

Para esquivar las resistencias de Holanda en relación a la gobernanza del fondo, el único país que exige la unanimidad a la hora de autorizar los desembolsos de las ayudas, también incluye un mecanismo reforzado de control, una especie de freno de emergencia que permitiría a un Estado miembro paralizar los pagos (veot) si considera que un país no ha cumplido con las reformas prometidas y que según ha insistido Rutte en los últimos días, en el caso de España deben centrarse en las pensiones y el mercado laboral.

El Consejo seguirá siendo el órgano responsable de aprobar los planes por mayoría cualificada, de acuerdo con las recomendaciones del semestre europeo y a propuesta de la Comisión, pero el desembolso de las ayudas estará condicionada a una evaluación positiva de las reformas y objetivos de forma que si uno o más Estados miembros tienen dudas podrán llevar el asunto al Ecofin e incluso al Consejo Europeo.

El liberal belga también propone un incremento en los cheques de compensación a algunos de los países que más contribuyen al presupuesto y menos reciben y que supondrán más de 46.000 millones en los próximos siete años. Concretamente, 50 millones más para Austria y 25 millones respectivamente para Suecia y Dinamarca. Se trata de un elemento al que se oponen la mayoría de los líderes europeos, como el español Pedro Sánchez, que consideran estos descuentos regresivos e injustos.