La directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, advirtió este martes que la región no ha mostrado "signos de desaceleración" en la curva de contagios del covid-19. Brasil, remarcó, es uno de los países, junto con Estados Unidos y México, donde la pandemia sigue provocando desde estragos. El gigante sudamericano ha registrado durante las últimas 24 horas 1.346 nuevas muertes y 44.887 casos positivos. De esta manera, el número de decesos totales computados desde marzo es de 81.597. El presidente Jair Bolsonaro y su ministro de Educación, el pastor evangelista Milton Ribeiro, se encuentran entre los 2.166.532 infectados. Ese número global surge de las informaciones que ofrecen los estados.

El Gobierno de ultraderecha confiaba en que la pandemia empezaría a menguar en breve. Sin embargo, el número promedio de decesos de la última semana es de 1048 cada día. A este ritmo, a mediados de agosto perforaría la barrera de los 100.000 muertos. Brasil tiene una tasa cercana a los 39 óbitos por cada 100.000 habitantes. El promedio en los Estados Unidos es de 43,4/100.000. Argentina, en tanto, registra una tasa de 5,3 fallecimientos por cada 100.000 personas. Contra esas cifras del vecino país es que los especialistas miden la eficacia de la estrategia sanitaria de Bolsonaro.

Prueban varias vacunas

En este contexo, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) aprobó la realización de las pruebas entre la población de la vacuna desarrollada por la compañía farmacéutica estadounidense Pfizer junto con la empresa de biotecnología alemana BioNTech. Desde hace semanas se efectúan también los testeos de inmunización de la Universidad de Oxford en asociación con AstraZeneca. Este martes se aplicaron en el Hospital das Clínicas de São Paulo las primeras dosis de la vacuna de la compañía farmacéutica china Sinovac. La doctora clínica Stefania Teixeira Porto, de 27 años, se convirtió en la primera voluntaria de estos ensayos, convencida de que participa de un momento "único e histórico". Unos 890 voluntarios seran evaluados.

El ministro interino de Salud, el general Eduardo Pazuello, ha augurado que Brasil comenzará a fabricar la vacuna en enero próximo. Las negociaciones más avanzadas, dijo, se llevan a cabo con Moderna, otro laboratorio norteamericano. La gestión de Pazuello es duramente criticada por la prensa debido a su falta de experiencia en temas sanitarios antes de asumir la cartera y poblarla de militares ante la perplejidad de la comunidad médica.

La encuesta de la discordia

A pesar del crecimiento de los decesos y las infecciones, el ministerio de Salud todavía no ha resuelto si continúa la investigación serológica que identifique cuántos brasileños han contraído el covid-19 desde marzo. La última encuesta se hizo en colaboración con la Universidad Federal de Pelotas (UFPel) e Ibope, y por pedido de Luiz Henrique Mandetta, el primer ministro de esa área, quien abandonó su cargo por serias discrepancias con Bolsonaro, relacionadas especialmente con la necesidad de un confinamiento estricto. El capitán retirado nunca ha sido partidario de las medidas rigurosas de aislamiento, entre otras razones porque calificaba a la pandemia de "gripecita".

Las conclusiones a las que llegó semanas atrás la UFPel e Ibope fueron en la dirección contraria a la que esperaba el Gobierno y estimaron que en Brasil existen al menos ocho millones de ciudadanos con coronavirus, cuatro veces más de los que se acepta. La encuesta alcanzó a casi 90.000 personas. Mientras que el 20% más rico de la población tenía una prevalencia al patógeno del 1.8%, esa relación pasa al 4.1% en el 20% de los brasileños más pobres. El corte por raza da cuenta a su vez que los pueblos indígenas fueron los más expuestos (5,4% del grupo), seguidos los mulatos (3,1%) y los negros (2,5%).