D eal!» Pocas veces una palabra ha dicho tanto y ha sido tan esperada. El tuit («acuerdo») del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, a las 5.30 horas de ayer comunicaba el consenso de los 27 sobre el fondo de reconstrucción de la Unión Europea (UE) e inauguraba una jornada de fortalecimiento del proyecto europeo, deprimido desde el brexit .

Que la celebración por el acuerdo sea general y alcance a casi todo el arco político (Vox al margen) dice bastante. También en la Comunitat Valenciana, que fue de las primeras en reclamar un plan Marshall europeo para recuperarse de los efectos de la pandemia. El Consell trabaja «desde hace semanas» para encajar proyectos en los nuevos fondos europeos, aseguró ayer el president Ximo Puig.

La lluvia de dinero es importante: 72.700 millones en asignaciones directas a España y una cifra similar (hasta un total de 140.000 millones) en créditos en los que la que se endeuda, por primera vez, es la UE.

El Consell ya ha hecho sus cálculos y estima que puede llegar a captar mil millones al año en el periodo 2021-2027, lo que supondría un total de 7.000 millones. Es una previsión optimista, pero posible, asegura el secretario autonómico para la UE, Joan Calabuig, que explica que ya se está realizando una labor de concienciación en los departamentos autonómicos para «alinear» los proyectos de los próximos años a los tres ejes básicos ya planteados por la Comisión Europea: pacto verde y transformación energética; digitalización social y modernización de la Administración, y resiliencia y reindustrialización.

Las dos primeras líneas pueden entroncar con políticas que ya se venían desarrollando. La tercera está más vinculada a las últimas iniciativas puestas en marcha por vía de urgencia ante la pandemia por el coronavirus (el clúster textil sanitario o la fabricación de respiradores).

Las cifras que se manejan son importantes. Un plus de mil millones, como media, durante siete años en un presupuesto autonómico de casi 17.000 millones (deuda aparte) es una inyección considerable (un 6 %).

El reto es la velocidad para desarrollar ahora los proyectos y la capacidad administrativa de la Generalitat para tramitarlos. Hay detalles aún pendientes, como si todo deberá pasar por el filtro del Plan Nacional de Recuperación que ha de presentar el Gobierno de España a Bruselas o si las comunidades tendrán margen de maniobra por su cuenta ante las autoridades europeas. De momento, Moncloa ha anunciado que Pedro Sánchez mantendrá una conferencia de presidentes autonómicos antes de fin de mes.

Una de las propuestas de Puig para aligerar los trámites burocráticos es que, como ya sucedió con el Plan E en la crisis anterior, el procedimiento de estos proyectos se declare como de tramitación de carácter urgente.

El plan Marshall de la UE obliga además a un cambio de filosofía. Los tradicionales fondos de cohesión, donde se situan los Feder, pierden peso frente a los proyectos competitivos, señalan fuentes de Hacienda. Significa que la construcción de grandes infraestructuras empieza a perder cancha frente a planes de renovación energética, de nueva movilidad, de digitalización del sistema sanitario o de comarcas del interior. Por poner algunos ejemplos.

«Es una gran oportunidad que hemos de ser capaces de gestionar adecuadamente», dijo Puig ayer. El acuerdo exige que el Consell mire de manera prioritaria la acción europea. Puig, que comparecerá en las Corts, anunció el fortalecimiento de la oficina valenciana en Bruselas y los departamentos que trabajan con la UE. H