Después de que la familia europea se peleara para, al final, reconciliarse por todo lo alto con el pacto de un fondo de recuperación de los estragos causados por el covid y un presupuesto para los próximos siete años, el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, ha advertido de que no lo da todo por cerrado. La Eurocámara debe avalar la propuesta de los 27 al nuevo presupuesto y el italiano ha asegurado no comulgar con los recortes en ámbitos como educación -reducción de programas Erasmus-, investigación, migración, defensa y políticas climáticas. También ha advertido de que el Parlamento supeditará su voto final al respeto del Estado de derecho por parte de todos los países, en velada referencia a Polonia y Hungría.

El Consejo Europeo, integrado por los 27 Estados miembro de la UE, aprobó en la maratoriana cumbre del pasado fin de semana un fondo de recuperación de 390.000 millones en ayudas directas, y un marco presupuestario para 2021-2027 de 1,074 billones de euros. Calificado de "histórico", el acuerdo instaura una solidaridad inédita hasta ahora en el viejo continente al permitir a la Comisión Europea, por primera vez en su historia, endeudarse masivamente para estimular las economías más golpeadas por el covid-19.

El presidente de la Eurocámara, David Sassoli, ha asegurado que tienen intención de "remodelar" el presupuesto. "Hay una propuesta sobre la mesa, pero nos gustaría mejorarla, sobre todo para tratar de dar respuestas a algunos de los recortes que hemos considerado injustificados", ha dicho en una conferencia de prensa en Bruselas tras un encuentro con los principales grupos políticos del hemiciclo.

"NEGOCIACIONES CONSTRUCTIVAS"

En esta línea, un borrador de la resolución que se somete mañana a votación en un pleno extraordinario, ya pactado por PPE, socialistas, liberales, ecologistas e izquierda, sostiene que la Eurocámara "no acepta" el presupuesto tal y como ha sido pactado entre los líderes y está "preparada para iniciar inmediatamente negociaciones constructivas".

En particular, el texto pone el acento en las rebajas aprobadas para programas de salud e investigación - "peligrosas en el contexto de una pandemia global", según Sassoli-, la reducción en el presupuesto del programa Erasmus, los recortes en el fondo para apoyar la transición climática en regiones dependientes del carbón y la menor dotación en migración y gestión de fronteras.

La Eurocámara, subraya el borrador de resolución, "tiene la intención de negociar un calendario legalmente vinculante" para la creación de nuevos recursos. Entre ellos, cita un impuesto al plástico, una reforma del sistema europeo de comercio de emisiones, un gravamen a la entrada de carbón al bloque, un impuesto a las multinacionales digitales y a las transacciones financieras y una base común del impuesto de sociedades.

En aras de un acuerdo en unas circunstancias que resultaron muy trabajosas para alcanzar el consenso, los líderes de los 27 retrasaron la entrada en vigor de un nuevo mecanismo prometido para limitar los fondos de recuperación a los países que no respetan las libertades de los medios de comunicación y los derechos humanos, como Hungría y Polonia. Sassoli afirmó ayer que es "inaceptable": "No estaremos satisfechos con solo menciones de principios", en referencia al comunicado final de la cumbre del fin de semana.