La pandemia del coronavirus ha sido usada como excusa por la Administración de Donald Trump para endurecer aún mas el trato a los migrantes, anular prácticamente el derecho de asilo y, en el caso concreto de los menores que llegan no acompañados a Estados Unidos, saltarse las leyes y normas como el Acuerdo Flores que desde hace décadas tratan de garantizar su protección y el respeto a sus derechos. Esas vulneraciones se han ratificado este miércoles, cuando la agencia AP ha revelado que el gobierno, pese a tener más de 10.000 camas vacías en sus refugios, ha estado manteniendo durante días o semanas en hoteles a niños solos antes de deportarlos, dejándoles además sin acceso a abogados u oportunidad de quedarse con familiares o espónsors. Algunos tenían solo un año de edad.

A cargo de los menores llevados a hoteles no está directamente el gobierno federal sino una subcontrata privada de la polémica ICE, la agencia que aplica en el país las leyes de Inmigración y Fronteras. Y la actuación no solo rompe aparentemente los protocolos establecidos para asegurar el cuidado de los menores, sino que además priva a estos de sus derechos. Trump ha expulsado del país al menos a 2.000 menores no acompañados desde que arrancó la pandemia en marzo.

"UN SISTEMA A LA SOMBRA SIN RENDIR CUENTAS"

Desde la ONG National Center for Youth Law la abogada Leecia Welch ha denunciado que las autoridades han creado un sistema en la sombra en que no se rinden cuentas por expulsar a niños muy pequeños.

ICE, por su parte, no ha contestado algunas preguntas de AP sobre si los contratistas tienen titulación específica para cuidar niños o si se les ha sometido a controles de historial del FBI. Solo ha asegurado que son "especialistas en transporte" y personal no de aplicación de la ley entrenado para trabajar con menores y asegurar que todos los aspectos del transporte o la estancia cumplen los preceptos del Acuerdo Flores.

5 AÑOS, 19 DÍAS

La información a la que ha tenido acceso AP ha identificado como participantes tres hoteles de la cadena Hampton Inn & Suites, propiedad de Hilton: uno en Arizona, concretamente en Phoenix; y dos en Texas, en El Paso y McAllen. En ellos, y sobre todo en el de McAllen, se ha mantenido detenidos durante días y en algunos casos semanas a 169 menores. Y la agencia ha podido detallar que al menos dos niños de menos de un año pasaron tres días detenidos: varios de entre 3 y 5 años estuvieron dos semanas o más y uno de 5 años llegó a estar en el hotel de McAllen (Texas) 19 días.

La cadena Hilton ha emitido un comunicado justificando que los hoteles implicados son franquicias pero defendiendo también que estas propiedades se han usado para su propósito pretendido: acomodar temporalmente para clientes que viajan entre localizaciones. Castle Hospitality, operador del hotel de McAllen, ha asegurado que no sabía que se usarían para niños pero también ha defendido que se les ha asegurado que se están cumpliendo todas las regulaciones estatales y federales.

Agentes de la patrulla fronteriza capturaron en junio a 1.564 menores no acompañados. Al Departamento de Salud de EEUU solo llegaron 61. Antes de marzo los menores eran enviados a instalaciones de ese departamento (un traslado que las leyes contra el tráfico de personas obligan a que sea lo más rápido posible). En esos refugios, que obtienen licencias de los estados para operar, los niños no solo tienen habitaciones y reciben educación sino que obtienen acceso a abogados.