Si las tensiones entre Estados Unidos y China ya se habían ido elevando peligrosamente en los últimos meses, semanas y días, especialmente con la sacudida de la pandemia de coronavirus, este jueves han entrado en una nueva dimensión. Mike Pompeo, secretario de Estado de la Administración de Donald Trump, ha ofrecido un discurso que es prácticamente una declaración de guerra a Pekín, una intervención en la que ha denunciado los planes hegemónicos del Partido Comunista chino, ha llegado a asegurar que no se puede tratar a esta encarnación de China como un país normal como cualquier otro y ha declarado: El mundo libre debe triunfar sobre esta nueva tiranía.

Pompeo hablaba en la biblioteca presidencial de Richard Nixon en Yorba Linda (California). Era el cuarto en una serie de discursos que ha encargado también a otros miembros de la Administración, que recientemente han abordado cuestiones como la ideología, el espionaje y la economía. Pero él se ha reservado el análisis conjunto para asegurar que el viejo paradigma con el que durante casi cinco décadas se ha abordado la relación con China ha fracasado y hacer la llamada a un enfrentamiento global.

Quizá es hora de un nuevo agrupamiento de naciones que piensan igual, una nueva alianza de democracias, ha afirmado. Si el mundo libre no cambia a la China comunista, la China comunista nos cambiará a nosotros.

Principal reto del mundo libre

El discurso no se puede entender fuera del contexto político interno de Estados Unidos, con Trump hundiéndose en las encuestas por la gestión de la pandemia a escasos 100 días de las elecciones en que busca la reelección frente a Joe Biden. Pero asegura una escalada de tensiones de consecuencias impredecibles. Y trata de sacar el enfrentamiento con China de la escala nacional.

Debemos marcar líneas rojas comunes que no pueden ser borradas por las lisonjas y los tratos del Partido Comunista Chino, ha dicho Pompeo. Si no actuamos ahora, el Partido Comunista erosionará nuestras libertades y subvertirá el orden de sociedades libres basadas en reglas que hemos construido. Si nos arrodillamos ahora, los hijos de nuestros hijos pueden estar a merced del PCC, cuyas acciones son el principal reto del mundo libre.

Xi (Jinping) no está destinado a tiranizar siempre dentro y fuera de China, a no ser que le dejemos, ha dicho también Pompeo, que ha asegurado que no se trata de contener a Pekín sino de lo que ha definido de un complejo nuevo reto que nunca hemos enfrentado antes. Y ha marcado una diferencia con la lucha contra la Unión Soviética. Estaban aislados del mundo libre, ha dicho. La China comunista ya esta aquí, dentro de nuestras fronteras.